Un centenar y medio de turistas holandeses que se disponía a viajar a Eivissa para disfrutar de sus vacaciones tuvieron la mala fortuna (o quizás la buena, según se mire) de tener que despegar en tres ocasiones del aeropuerto de Amsterdam antes de poder dirigir sus pasos a la Isla y empezar a gozar de su descanso.
Según informan diversos medios holandeses, un Boeing 737 del operador Transavia tuvo que volver a la pista de Schipol en dos ocasiones pocos minutos después de haber despegado por dos incidentes que hicieron que el capitán descartara seguir con su trayecto. Finalmente, se recurrió al cambio de avión y los 148 pasajeros pudieron despegar desde Amsterdam con cinco horas y media de retraso.
Todo se inició a las 12,30 horas cuando el vuelo HV-5673 partió del aeródromo con absoluta normalidad. Transcurridos unos 20 minutos, el aparato chocó contra un halcón motivo por el que el comandante decidió volver a su punto de origen ante la incertidumbre sobre los daños ocasionados por el impacto.
Tras aterrizar sin problemas, aunque con los servicios de emergencias de tierra en la pista, se pudo comprobar que el avión no presentaba daños relevantes. Durante los minutos que duró la inspección, el pasaje se mantuvo en el interior del aparato.
A las 14,45 volvía a despegar el avión rumbo a Eivissa. Transcurrida media hora, la tripulación observó que el sistema anti hielo del avión no funcionaba correctamente, una circunstancia que un portavoz de Transavia señaló que podría haber puesto en grave peligro el vuelo, por lo que se decidió el nuevo retorno.
Ante este fallo, se optó por cambiar de aparato, una maniobra que se demoró por dos horas y que obligó a los pasajeros a comer en el aeropuerto (recibieron un bono de 15 euros) y a partir definitivamente a las 18 horas.