En un camping te sientes realmente libre, en contacto con la naturaleza. Te alejas del ruido de la ciudad y desconectas de todo». Esto es lo que piensa Gabi Starke, una mujer que viene desde hace tres años al Camping La Playa con su marido y su hijo, para alejarse de la rutina de prisas de su Alemania natal. Esta familia siempre prefiere alojarse durante sus vacaciones en campings y lugares en los cuales puedan desconectar del ritmo frenético de las grandes ciudades.
Alojarse en un camping es, sin duda, la mejor opción para estar en contacto con la naturaleza y el medio, aparte de poder disfrutar de unas excelentes vistas al mar. Y es que en estos sitios no se distingue edad, cultura ni condición social. En un ambiente de total libertad con suaves sonidos de tambores de fondo, un atardecer tranquilo al lado del mar es posible. «Es la primera vez que venimos a un camping para alojarnos en nuestras vacaciones y es una experiencia increíble. La isla es un lugar realmente mágico y nos encanta poder estar en un sitio tan privilegiado como éste», dicen Chloe y Luna, dos chicas que se alojan en una tienda de acampada.
Realmente se conoce la auténtica Eivissa viviendo en un entorno natural. «Las personas que vienen al camping son viajeros del mundo. Van y vienen. Normalmente hay quienes tienen una imagen equivocada de cómo es verdaderamente este sitio por adentro», comenta Phillipe, encargado del camping, a lo que añade: «No es tan barato como se cree pasar una noche aquí. Los viajeros que acuden a este sitio lo hacen porque quieren estar en un entorno natural y con unas vistas como las que tenemos». De todos modos, lo verdaderamente bello es que se da un intercambio de cultura. Vienen personas de todos los países, que pueden tener mucho o poco dinero, pero que no presumen de su condición social.
Dentro del camping, cuando dejan sus coches o caravanas, son todos iguales y no se vislumbra el poder económico de nadie».
Una noche en este camping ronda los 20 euros, si se trae una tienda de acampada. Si es con caravana o bien se alquila un bungalow el precio puede subir considerablemente. Todos conviven en armonía y no suele haber altercados de ningún tipo, se persigue disfrutar de la tranquilidad, sin fiestas apoteósicas como puede ocurrir en otros campings. «Es como otra pequeña isla dentro de una isla», afirma Phillipe. Si es la primera vez que se duerme en uno es mejor quitarse el miedo que puede provocar dejar tus cosas a la merced de todos: «Hay algunas chicas y chicos que, si vienen por primera vez, les suele dar un poco de reparo dormir en una tienda o dejar sus cosas por aquí...Pero aquí hay mucho respeto por las cosas de los demás. Hay una vigilancia muy buena que consigue que no haya problemas», puntualiza Phillipe.
La familiaridad que se logra es casi instantánea: «Yo vine aquí sin nada buscando trabajo porque no tenía nada seguro en la isla. Estuve durmiendo durante dos semanas en mi coche aquí me ofrecieron alojamiento. Te encuentras gente muy sociable. Me parece más económico estar aquí que alquilarme un hotel o una habitación en un piso porque yo vine a la isla a trabajar y no de vacaciones», explica Marco, un joven almeriense que vio en este camping una oportunidad para vivir en Eivissa mientras trabajaba. «Las personas que he conocido aquí me han ayudado en todo: me han dejado pagar a plazos, si me faltaba algo me lo han prestado... Te echan una mano en lo que puedan. Para mí estar en Eivissa es una ilusión, una manera de realizarme y, aparte de toda la amabilidad que he encontrado en el camping, también he conseguido un trabajo».
Para vivir un período de tiempo relajado, natural y en sintonía con las diferentes personas independientemente de cómo sean, un camping es una buena manera de vivir una experiencia inolvidable. «La playa, el ambiente, las personas, la sensación de libertad que se respira...no se encuentra en otros sitios», señala Chloe.
Àngela Real