La Autoritat Portuària de Balears (APB) anunció ayer que ya ha adjudicado las obras de remodelación del puerto de Eivissa, unos trabajos cuyo inicio deberá retrasarse hasta diciembre en lugar de dar comienzo en octubre tal y como figuraba en la planificación inicial. A pesar de este retraso, un portavoz de la Administración señaló que se mantiene la misma fecha de finalización, fijada para octubre de 2011.
La comisión técnica que debía valorar los nueve proyectos presentados consideró como proyecto constructivo más apropiado el realizado por la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por la gallega Ferrovial Agroman, la valenciana Construcciones y Estudios (Cyes) y la mallorquina Construcciones Llull Sastre. Ayer se procedía a la apertura de las ofertas económicas y se corroboraba la decisión de otorgar a la UTE los trabajos por 77,7 millones de euros, IVA incluido, 16,6 millones menos que el presupuesto base de licitación.
En su propuesta, las empresas ganadoras incluían algunas modificaciones de en el proyecto propuesto por la APB que son las que obligan a retrasar dos meses el inicio de los trabajos en el puerto, pasando su puesta en marcha de octubre a diciembre de este año. «En el concurso, cualquiera de los participantes podía incluir propuestas técnicas propias que pudieran mejorar la planificación realizada por Autoritat Portuària. Se trata de modificaciones muy técnicas y concretas como el tamaño de los cajones para levantar los diques o el tipo de estructura que se usará para la plataforma», explicaron desde la APB.
Cambio de calendario
Estos cambios «no modifican lo sustancial del proyecto y, por eso, las obras no deben someterse a una nueva declaración de impacto ambiental», añadieron las mismas fuentes, que explicaron que lo que sí que motivan es el cambio en el calendario de actuaciones. A partir de ahora, la mesa de contratación deberá elevar al presidente de la APB, Francesc Triay, la propuesta de adjudicación y, en el plazo de un mes a partir de la cumplimentación de dicho trámite, habrá un mes para la firma efectiva del contrato. A continuación, el proyecto de ejecución de la variante presentada por Ferrovial y sus socios deberá ser aprobada por Puertos del Estado, motivo por el que la APB no cree que las obras se puedan iniciar en la fecha prevista.
«De todas formas, a pesar del retraso, la finalización de las obras no se verá afectada porque nosotros proponíamos que se ejecutara en 24 meses y Ferrovial rebaja el plazo a 22 meses, así que lo que perdemos por un sitio lo ganamos por otro», declararon desde la Autoritat Portuària.
La reforma del dique de es Botafoc supondrá la construcción de una explanada de 63.000 metros cuadrados y de dos pantalanes de 200 metros de largo y 30 de ancho, con lo que se ganarán al mar 75.000 metros cuadrados. Sobre dicha superficie se construirá una nueva estación marítima, con pasarelas elevadas y permitirá contar con espacio para la gestión de carga rodada. Gracias al traslado del tráfico de pasajeros de cabotaje a esta zona se podrá reordenar el puerto, construir una nueva terminal para Formentera y remodelar el paseo marítimo.
El retraso en las fechas inicialmente previstas para dar el pistoletazo de salida a la reforma del puerto de Vila no ha resultado tan molesto para la Autoritat Portuària como podría esperarse. En parte porque la propuesta ganadora rebaja el plazo de ejecución, por lo que se mantiene la fecha de finalización. Pero tampoco es baladí la cuestión de que la APB 'gana' dos meses de tiempo para tratar con Unesco las posibles afecciones de la obra a la posidonia.
«La decisión ha sido puramente técnica y se ha tomado considerando que la propuesta era la mejor desde este punto de vista», recalcaron desde la APB. «No es una decisión mala considerando que, con el retraso hasta diciembre, ganamos más tiempo para que Unesco pueda escucharnos y ver que las obras no afectan al Patrimonio», añadieron.
«La decisión de a quién se le adjudicaba la obra no tiene nada que ver con Unesco», reiteraron desde la Autoritat Portuària.