La Asociación de Usuarios de Servicios Financieros (Ausbanc) estudia interponer una demanda a las compañías aéreas de bajo coste. La contratación de Internet y el embarque en las compañías de bajo coste son los dos problemas de los consumidores. «Es tal la indefensión del consumidor que estudiamos interponer una demanda en defensa de los intereses difusos de los clientes de las compañías de bajo coste debido a las condiciones de las contrataciones que consideramos que son abusivas», dijo ayer la delegada de Ausbanc de Balears, Isabel Martorell, que respaldó la actividad inspectora e informativa de la Dirección de Consumo sobre el transporte aéreo.
Otro de los motivos de la visita de la delegada de Ausbanc en Balears en Eivissa fue para dar a conocer los derechos de los consumidores afectados por la venta de productos financieros abusivos, como los bonos basura «Empezamos en septiembre con la quiebra de Lehman Brothers y ha habido mucha gente que hasta marzo no se ha dado cuenta que han recibido este tipo de productos», dijo ayer la delegada. Aseguró que las pérdidas económicas son muy elevadas en este sector que afecta a gente de mediana edad ya que han destinado allí los ingresos de toda su vida como herencias o venta de inmuebles. «Estamos estudiando interponer las demandas. No vamos a tocar la puerta de Lehman Brothers en Estados Unidos sino a la entidad comercializadora que nos vendió de forma incorrecta este producto», explicó.
Ausbanc cuentan con el respaldo de dos sentencias recientes de las audiencias provinciales de Jaén y Àlava que apuntan a las entidades bancarias como «responsables finales sobre esta actividad incorrecta». Estas dos sentencias se refieren a unos productos que se han incluido desde 2007 en la venta de hipotecas, pólizas de crédito y créditos personales denominados «swaps» o permutas financieras, que se han vendido como seguros pero tienen un enorme coste que desconoce el usuario. «La de Àlava se refiere al Clip Bankinter, una permuta financiera, que es de tal complejidad que el propio director del banco no sabia ni cómo se cancelaba, ni de lo que estábamos hablando».