Stefanno es un italiano de 33 años que visita Eivissa desde hace algo más de 10: «Vine con unos amigos y desde entonces he vuelto porque me encantan sus playas y sus pueblos». En esta ocasión está pasando 15 de vacaciones en los que aprovecha para visitar algunas de sus calas preferidas, como Cala Boix o Benirràs, practicar deportes acuáticos y sobre todo pescar: «Me encanta levantarme pronto, cerca de las nueve de la mañana, ir a desayunar a Santa Eulària y más tarde ir a pasear para buscar rincones rocosos donde instalarme y pescar». Según cuenta, la mayoría de veces no consigue nada: «Pero me relaja pasar el tiempo sentado y contemplando el mar; la pesca sería la excusa, más bien», comenta entre risas. Otra de sus aficiones favoritas en vacaciones es visitar sus restaurantes preferidos, aquellos en los que puede comer productos de Eivissa que son realmente caseros: «Me encanta el alioli y el pan payés del restaurante Es Pins y Can Caus también me parece uno de los mejores sitios para comer», puntualiza.
Para Marcel Seydler, dependiente de Just a Fucking Shop, el domingo es un día más de trabajo: «Abrimos todo el día. La verdad es que llevo bien eso de trabajar el domingo porque al estar la tienda en el centro de la ciudad siempre hay ambiente, aunque no tanto como entre semana. Viene más gente los domingos por la mañana que por la tarde». Si bien el ritmo de esta tienda no varía los domingos, cuando Marcel no recibe la visita de clientes potenciales aprovecha para ordenar los artículos, hacer encargos o bien reponer lo que falta: «Y cuando he hecho todo eso, si tengo tiempo también descanso, que viene bien», comenta con una amplia sonrisa este dependiente para quien la tranquilidad no es su máximo deseo: «Las horas pasan más rápido si entran clientes, los atiendes y compran, por ejemplo».
María José Real