El candidato a ocupar la presidencia del PP de Balears, José Ramón Bauzá, tuvo ayer una gran acogida entre los afiliados al partido en Formentera, en un acto celebrado en el restaurante Can Blaiet de el Pilar de la Mola. Bauzá estuvo acompañado, entre otros, por dos ex alcaldes del PP, Vicent Escandell y Juanma Costa, así como del actual presidente del partido, José Manuel Alcaraz, a los que se unieron unos 40 de los 120 militantes que el PP tiene en la Isla.
Bauzá dijo que venía no como presidente, que lo es actualmente, sino como candidato a las elecciones del próximo 6 de marzo, por lo que quería personalmente «dar a conocer un proyecto de futuro, basado en la unidad, en criterios de humildad, honestidad y capacidad de trabajo y gestión, con el objetivo de hacer del nuestro un partido más fuerte y cohesionado en el que todas las sensibilidades puedan sentirse partícipes».
El candidato señaló que quiere iniciar una nueva etapa en el PP balear, mediante una nueva manera de vivir y hacer política. «Es un proyecto de personas para personas y no de políticos hacia los ciudadanos, es una manera de trabajar más cercana al pueblo, gastando más suela de zapato que ruedas de coche oficial».
Bauzá indicó que, después de 12 años como alcalde de Marratxí, quiere seguir la misma manera de actuar. «He estado haciendo política local, municipal, de una forma que quiero extrapolar a la política insular y autonómica, con los pies en el suelo y huyendo de tópicos, de manera que los vecinos nos vean como uno más, con más responsabilidad, cierto, pero con idéntica proximidad y sintonía con sus problemas».
Por lo que se refiere a las perspectivas del PP de Formentera de cara a las elecciones de 2011, Bauzá señaló que «la gente está muy animada, estamos en una dinámica muy positiva y se visualiza que somos una alternativa real, no virtual, siendo además la única fuerza política que puede dar estabilidad y asumir retos de futuro en positivo».
«Un gobierno sumido en una inestabilidad estable»
Bauzá hizo un balance «absolutamente negativo» del actual Govern, remarcando que el Pacte «ha quedado claro que era un pacto anti PP, en contra de la voluntad mayoritaria y, cuando el propio Antich ha roto el acuerdo, no ha sido capaz de asumir que su gobierno se halla sumido en una inestabilidad estable, que debe gobernar en minoría y que lo único que consigue es hacer mucho daño a la sociedad».