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Uno de cada cuatro pitiusos corre riesgo de padecer un transtorno mental

El porcentaje aumenta hasta rozar el 35% en el caso de las mujeres con empleos de menor calidad

| Eivissa |

Uno de cada cuatro ciudadanos adultos de Eivissa y Formentera se encuentra en situación de riesgo de padecer una enfermedad mental, proporción que entre las mujeres de los colectivos con menos recursos económicos asciende hasta una de cada tres.
La última Encuesta de Salud de Balears, realizada por la conselleria del ramo con información recogida entre 2006 y 2007, refleja que el 27,7% de la población adulta de las Pitiüses corre el riesgo de padecer un trastorno psicológico de algún tipo. Esta es la media de ambos sexos, pero el estudio refleja una mayor susceptibilidad de presentar alguno de estos trastornos en el caso de las mujeres, especialmente si estas figuran entre los trabajadores manuales, los no cualificados o personas sin empleo.
Según los datos de Salut, en el caso de las mujeres que pertenecen a los colectivos con empleos peor retribuidos la posibilidad de sufrir afecciones psicológicas roza el 35%, porcentaje que baja entorno al 32% entre los administrativos, cargos intermedios, trabajadores de servicios y personal empleado por cuenta propia. En el caso de directivos, técnicos superiores, artistas y deportistas el porcentaje cae hasta el 22%.
En el caso de los hombres las cifras son mucho menores. De hecho, el índice más bajo entre las mujeres, el 22% antes citado, el máximo en el caso del riesgo entre colectivos masculinos. Lo presenta el grupo de cargos intermedios y autónomos, mientras que los peones y trabajadores manuales de base presentarían entorno al 20,5%. En el caso de empresarios y directivos, el riesgo cae hasta el 13%.

Enfermedades crónicas
Los trastornos psicológicos no eran sólo una posibilidad en, al menos, el 17% de las mujeres y el 9% de los hombres. La encuesta del Govern recoge los trastornos crónicos sufridos en los últimos 12 meses y, en este apartado, la depresión y la ansiedad figuran dentro de la decena de enfermedades más recurrentes con los porcentajes antes descritos. A estos, habría que sumarles otro tipo de trastornos psicológicos, lo que elevaría la cifra de personas que ya sufren una de estas enfermedades.
Aunque la ansiedad y la depresión figuran entre las dolencias más habituales, no ocupan los primeros puestos. Los dolores cervicales (un 26%) en el caso de las mujeres, y los lumbares (18%) en el de los hombres, encabezan los rankings, en los que también resultan muy habituales la artrosis, artritis y el reumatismo, así como las migrañas o la hipertensión.
Todas estas afecciones se reconocen como problemas de salud crónicos. Las dolencias recurrentes afectan a dos tercios de la población de las Pitiüses, si bien, conforme aumenta la longevidad este tipo de males son más comunes, de forma que menos del 5% de los mayores de 65 años dice no sufrir ningún achaque de este tipo.
En el caso de la población infantil, con datos son referentes a Balears, los problemas de salud más frecuentes son las alergias crónicas (un 7,1% de los niños y un 10,2% de las niñas) y el asma (5,8% de los chicos y el 4,3% de las chicas).

El 9% se ha sentido discriminado y el 3,4% ha sufrido algún tipo de maltrato
La estadística preparada por el Govern incluye también valoraciones sobre aspectos sociales que influyen en el estado de ánimo y, por lo tanto, en la salud mental de los pitiusos. En esa línea, el 8,9% de los entrevistados afirma haberse sentido discriminado (un 9,4% en el caso de las mujeres y un 6,4% en el de los hombres). De las respuestas afirmativas, la mayoría de mujeres apunta a su fe religiosa, su etnia y su sexo como los motivos principales. En el caso de los hombres, los principales motivos son, por este orden, étnica, nivel de estudios y preferencias sexuales.
En ocasiones estas discriminaciones desembocan en una agresión o maltrato como atestigua que el 3,4% de los encuestados afirmen haber sido agredidos o vejados. El trabajo o lugar de estudios es el principal escenario en el caso de las féminas, seguido del hogar y el edificio donde vive. En el caso de los hombres, la calle es el principal ámbito de estos ataques, seguido de los lugares de ocio, el trabajo y, finalmente, una zona deportiva.

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