Hace unas semanas que mi familia me notificó que el alcalde y todos sus concejales deseaban felicitar mis 100 años, y 2 de propina, por haber cruzado los límites de la ley celestial. Tengo que confesar que esta cita me proporciona un profundo sentimiento de agradecimiento». Con estas palabras agradeció Helena Jacqueline Vincent Palacian la celebración de su 102 cumpleaños en la sala de plenos del Ayuntamiento de Sant Joan, donde el alcalde Joan Marí Carraca le hizo entrega de un libro sobre las mujeres ibicencas y unos bombones de chocolate. Y quizá sea éste último alimento el que la ha llevado más allá de la ley celestial: «Lo que más me gusta comer es el pastel de chocolate; me encanta».
«Nací en el Barrio Latino de París y he estado viviendo entre Barcelona y París. He sido bailarina del Liceu catalán durante 10 años. Más tarde conocí a mi catalán, mi marido que es de Tarragona, me casé, tuve a mi hija y empecé a dar clases», aseguraba la homenajeada, que estuvo acompañada de su hija Rosenda y su nieto Carlos.
Aunque afincada en Eivissa desde 2003, Helena visitó por primera vez la isla en 1941 con su ballet: «Actuamos en el teatro Pereyra. Recuerdo que todo era campo, menos el puerto». Y segundos después añadió: «¿Sabes lo que pasa? Que tengo tantos recuerdos que se mezclan en mi mente, que es lo que me queda más sano». Helena aseguró estar bien «aunque tengo molestias», puntualizó.
En este acto tan emotivo también hubo tiempo para las anécdotas: «Mi madre trabajaba y yo me quedaba con la abuela, que me daba clases de francés. Lo que más recuerdo es que me decía 'no hagas esto que a la mamá no le gusta', pero ella siempre me dejaba hacerlo; me advertía, pero al final me dejaba», afirmó el nieto de la homenajeada.
Más allá de la ley celestial
Bailarina y maestra de profesión, Helena Jacqueline Vincent celebró ayer en Sant Joan sus 102 años en compañía de familiares y amigos
María José Real | Sant Joan |