Ya sea por necesidad, por falta de liquidez o por razones de cooperación entre amigos, todo el mundo ha realizado algún tipo de intercambio en el que el dinero no estuviera presente. Que te echen una mano para pintar la casa o que colaboren en tu mudanza se considera un favor entre amigos, pero lo cierto es que la esencia en la que se basa un banco de tiempo es la misma, con la diferencia de que se hace entre personas que, en un primer momento, son desconocidas. «Nos vamos cubriendo entre las amigas y vecinas, sobre todo, para cuidar a los niños. Si yo me tengo que ir a trabajar pues una de ellas se encarga de llevarlo al cole o de quedarse con él. Y cuando ella lo necesita, para hacer un curso o una gestión, y yo puedo, me quedo con sus hijos», explica Fernanda de Ugo, madre de Dharma, de 8 años.
Pero De Ugo, pionera en esta práctica del banco de tiempo, no sólo realiza intercambios en relación con el cuidado de su hijo. «Tengo un vecino que vino a pintarme la casa y yo, a cambio, estuve en la suya limpiando», comenta. «Mi tiempo es igual al suyo. Si hubiera tenido que pagar a un pintor, me hubiera costado mucho dinero y quizá no hubiera podido hacerlo», añade esta mujer de 38 años. En otra ocasión, necesitaba leña y se la cambió a un conocido por unas horas de su trabajo.
Desde 1998 acude al mercadillo de Sant Jordi que se celebra los sábados por la mañana. «Allí, ademá de vender, también hacemos trueque de algunas cosas», explica De Hugo, interesada en fomentar relaciones en las que no esté el dinero de por medio, ya que para ella, «el dinero da poder, en cambio, el tiempo no».
Fernanda de Ugo trabaja hasta junio en un brigada de medio ambiente del Ayuntamiento de Sant Josep en la zona de ses Salines. Mientras ella trabaja, su hijo se queda con una amiga y con los niños de sus vecinas. De este modo, a través de un acuerdo verbal y realizado de una forma más flexible, se organizan para suplirse.
El de Fernanda de Ugo no es el único caso. La Asociación Mami de Vila, formada por familias monoparentales, nació con el intercambio que hacían sus miembros en las tareas del cuidado de los niños. Ahora, como agrupación reivindican las carencias de servicios sociales en este sentido.
Bancos de tiempo en Vila y Sant Josep
El Ayuntamiento de Sant Josep ha recibido, por el momento, unas 12 solicitudes de personas interesadas en el banco de tiempo que gestiona. Se han impreso 1.000 folletos informativos y se espera que se impriman 1.000 más. En cuanto al banco de tiempo organizado en Vila, y gestionado desde el Casal de Dones, aunque no es exclusivo para mujeres, se han apuntado ocho personas, que ofrecen cuidar niños, clases de apoyo escolar, idiomas e incluso, hay una naturopata