Francisco Vilás, director gerente de la Policlínica del Rosario, explica en esta entrevista cómo han sido las negociaciones con la Conselleria de Salut y las consecuencias que puede derivar la no renovación del acuerdo que no se limita sólo a neurocirugía y cirugía maxilofacial.
-¿Qué problemas han tenido para no renovar el concierto?
-En junio de 2009 empezamos a dialogar con el Ib-Salut intentando explicar que un concierto que se firmó hace diez años tenía que ser revisado en profundidad. En septiembre volvimos a reunirnos y dijimos que no se podía mantener sin una revisión profunda del mismo y no hubo diálogo. Empezamos a hablar en marzo cuando no quedaba tiempo. La relación humana con el gerente del Ib-Salut, Julio Villar, siempre ha sido buena, muy correcta y amistosa, pero personalmente creo que no existía la voluntad de revisión.
-Pedían una revisión porque entendían que había que poner los números al día porque que prestaban unos servicios por un valor inferior a los que les costaba pero, sin embargo, no han conseguido que el Ib-Salut lo considere de la misma manera.
-El Ib-Salut nos pidió un estudio financiero y lo hicimos. Hicimos una revisión a fondo de todos los pacientes tratados en un año y un estudio comparativo de lo que hubiera representado esos pacientes en el hospital de referencia, el de Palma, o en Canarias, la única comunidad que tiene un concierto como el nuestro pero con unos números revisados al alza. Demostramos que el coste en asistencia pública en Mallorca o Canarias representaba el doble de lo que se pagaba en Eivissa. Más transparencia y claridad no podía ser. En ningún momento se pidió más allá de equilibrar financieramente el concierto y no hemos querido hacer un negocio.
-Creo que este es uno de los puntos que personalmente más disgusto le produce, el hecho de que le hayan tratado como peseteros.
-A mí personalmente cuando se publicó que nos pagaban 5,7 millones de euros anuales por el concierto nos preocupó porque la cantidad es tres veces menor. Si desde el punto de vista presupuestario figura que nos pagan 5,7 millones cuando en realidad nos pagan tres veces menos significa que no debía existir el problema financiero porque el presupuesto lo hay y la cantidad que pedimos de aumento era diez veces más pequeña de lo que realmente figura presupuestado. No lo entiendo y a veces me pregunto dónde se debe estar utilizando ese dinero que teóricamente tenía que estar destinado a Eivissa.
-¿A qué politica piensa que responde esta nueva decisión del Ib-Salut de no renovar tras diez años?
-Es difícil ponerme en la posición del Ib-Salut. Soy ibicenco y me pasé muchos años formándome en España y el extranjero para traer una cirugía de calidad en Eivissa y extrapolar a todos los servicios del grupo Policlínica. He seguido en la línea de mi padre, de luchar por los ibicencos y público o privado este debate no me parece razonable. Todos hemos aportado las innovaciones tecnológicas y médicas que han parecido en Eivissa los últimos 40 años. Llevamos 50 años y nuestra intención es seguir en Eivissa. En 1999 había gente que desgraciadamente no podía llegar a tiempo a ser tratado en Mallorca. Hemos operado a 8.000 pacientes pero hemos visto a más de 20.000. Creemos que ha sido eficaz, útil y barato para todos.
-¿De qué manera va a afectar a las personas que tengan algún imprevisto, como un accidente?
-Los servicios se mantienen operativos con su personal e infraestructura. El número de polizas de seguros libres es muy elevado en Eivissa. Tenemos convenios firmados con todas las compañías de seguros de tráfico, las mutuas laborales y con casi todas las compalías de seguros. Hay mucha gente que sigue siendo atendida. ¿Qué ocurrirá con los pacientes del Ib-Salut? Es una pregunta que deben hacer al Ib-Salut. La Policlínica sigue ahí y no vamos a desmantelar nada porque seguimos tratando a cientos de pacientes.
-¿Qué pierden los pacientes de Eivissa con esta decisión del Ib-Salut?
-Es dificil que responda a esta pregunta sin generar alarma. Deberíamos ser conscientes que trasladar a un paciente a Palma no es sólo trasladar a un paciente, sino a la familia, el estrés que genera estar fuera de tu casa y eso siempre lo hemos valorado. Un servicio como el de la neurocirugía en el que los minutos cuentan resulta obvio que puede haber problemas.
-¿Y la Policlínica al no renovar?
-Es una entidad sólida. Hemos hecho un estudio profundo del concierto, valorando los pros y las contras. La actividad del Ib-Salut en la Policlínica sólo representaba un 8% y un 10 % si incluimos la resonancia y la hemodinámica pero en cuanto a la cuenta de resultados, un cero por ciento. El servicio de neurocirugía, maxilofacial y el resto de conciertos eran claramente deficitarios. La incidencia en la actividad será muy baja y desde el punto de vista financiero, positiva.
-¿Y al margen de lo económico?
-Sinceramente, nada. Los servicios siguen operativos. Hace dos o tres semanas, cuando eramos conscientes de que no se iban a renovar, incoporamos una nueva tecnología neurocirugía para el tratamiento de los tumores cerebrales. En maxilofacial se introdujeron los implantes dentales como nueva cartera de servicios. Todo sigue funcionado, las camas están llenas, la UCI está al 85% y los quirófanos con una actividad muy importante. Sería un problema si los servicios se desmantelasen pero los vamos a potenciar. Todo sigue igual y estamos aquí.