El presidente de la asociación de constructores de la Pimeef, Joan Roig, aseguró ayer que la crisis sigue afectándoles. «Está todo muy parado, los trabajos son muy complicados de coger y las tramitaciones y la consecución de financiación es muy lenta», indicó Roig, que aseguró que aunque ya no se ha tenido que despedir a tantos trabajadores como al principio, sí que se ha tenido que seguir ajustando personal en las empresas pequeñas. En algunos casos se ha ido compensando con nuevas contrataciones para obras puntuales, como las de las guarderías que impulsa el Consell. «La empresa ibicenca ha seguido prescindiendo de personal, aunque no al mismo ritmo, evidentemente», indicó Roig, que también criticó una vez más la lentitud burocrática de los ayuntamientos y el Consell. «Es algo exasperante, nos venimos quejando desde hace mucho tiempo pero no se le pone solución», indicó el constructor, que consideró que ahora que estamos en crisis sería un «momento óptimo para poner al día muchas cosas», aunque lamentó que no se esté haciendo. «Aunque digan que sí la realidad es que en la calle los clientes y promotores siguen esperando mucho tiempo para licencias en urbano y si es suelo rústico ya ni hablemos, porque tiene que pasar por el Consell y son años», lamentó Roig.
También les afecta el hecho de que existan restricciones urbanísticas en Vila hasta que no esté construida la nueva depuradora. «La vivienda plurifamiliar está prácticamente atascada y en Vila no dan licencias; esto no ayuda», añadió.
Las grandes obras como el puerto y el hospital no dan beneficios al constructor ibicenco
Pese a que se estén impulsando por parte de las instituciones grandes obras como la reforma del puerto, el nuevo hospital o la carretera de Sant Miquel, los constructores ibicencos no se ven beneficiados por ello. «Son compañías nacionales o internacionales las que hacen estas obras y contratan muchas cosas de fuera; sí que beneficia a nivel de industria auxiliar, como camiones; eso sí, necesitarán personal y saldrá gente del paro», indicó Roig, que aseguró que las instituciones no pueden favorecer a empresas de la isla porque va contra la ley. Lo que sí les beneficia son las obras más pequeñas o las que impulsan los ayuntamientos. En este sentido no han notado un aumento de la inversión, salvo el impacto que supuso el Plan E. «Ahora que se reducirá la inversión tendremos menos trabajo», añadió.