Los presidentes del Govern y del Consell, Francesc Antich y Xico Tarrés, y el conseller de Mobilitat, Albert Prats, pusieron ayer la primera piedra de las obras de la carretera de Sant Miquel, que tiene un presupuesto de 11,9 millones de euros y un plazo de ejecución de un año. Según destacó el presidente Tarrés, los trabajos comienzan habiéndose pagado «el 100%» de los depósitos previos a los expropiados, que ya han cobrado el 70% del dinero. El 30% restante lo recibirán cuando acaben las obras. «Es un trabajo rápido», indicó el presidente, que reconoció que a nadie le gusta que «le expropien ni un centímetro» pero remarcó que el trabajo se está haciendo «correctamente» y «con un gran respeto». «Esperamos que al final todos salgamos beneficiados, los primeros ellos», indicó Tarrés.
Prats remarcó que están haciendo una «gestión humana muy cuidadosa», ya que cada vez que entran a trabajar en una finca llaman a los propietarios por teléfono para avisarles «pese a que el terreno ya ha sido expropiado» y se les garantiza la reposición de todos los cerramientos y muros. En este sentido, Tarrés destacó que de las 181 alegaciones que se presentaron al proyecto, se aceptó un número muy «elevado», un 68%.
Las obras han comenzado en el tramo que va desde Santa Gertrudis a Sant Miquel, ya que es por el que circulan menos vehículos diarios (4.400) con el fin de provocar «las menos molestias posibles» durante la temporada estival. En una segunda fase se acometerán los trabajos desde el cruce de Can Clavos hasta Santa Gertrudis. El tramo que registra un mayor tráfico de vehículos es el que va desde Can Clavos a la rotonda de la ITV (7.300 al día), seguido del que está comprendido entre esta rotonda y el pueblo de Santa Gertrudis (6.900 vehículos/día).
Fomento del empleo
La obra, que salió a concurso por 17 millones pero fue adjudicada sólo por 12 a Acciona Infraestructuras, empleará a un total de 30 personas de media mensual y, según el Consell, beneficiará también de forma directa e indirecta a otras actividades económicas. Precisamente el president del Govern destacó la importancia de la inversión pública en momentos delicados como estos. «Tenemos muchas dificultades, con reajustes en las instituciones, con una importante crisis, mucha gente en paro y empresas que lo pasan mal, y es nuestra obligación invertir y crear puestos de trabajo», señaló Antich.
El conseller Prats remarcó durante su presentación que la nueva carretera ofrecerá mayor seguridad a los usuarios, ya que se pasa de una vía de tan sólo seis metros a otra de siete de calzada y dos de arcén. De hecho, recordó que esta vía tiene una accidentalidad «acusada» y que en los dos últimos años ha registrado 67 accidentes con 110 heridos y dos muertes.
El proyecto también consta de un carril bici de 2,5 metros separado por una barrera de madera, de 30 paradas de bus e incorpora dos nuevas rotondas y dos semáforos en las zonas urbanas de Santa Gertrudis y Sant Miquel. El diseño de las rotondas ha sido aportado por el colegio de arquitectos y valorado por los vecinos. También se soterrarán los tendidos aéreos y se mejorará la seguridad en el acceso al colegio de Sant Miquel.
Tarrés felicitó a los técnicos autores del proyecto y aseguró que esta carretera es como «una hija» de Prats, porque «se ha preocupado de que fuera lo mejor posible». Asimismo, remarcó que este sólo es el inicio de 40 kilómetros de vías con carril bici, ya que a ésta le seguirán las de Sant Joan, el primer cinturón, el triángulo de Jesús y la vía de ses Salines.
El carril bici podría pasar encima de los restos arqueológicos
Las obras han descubierto unos restos arqueológicos que podrían datar de la época romana, entre el siglo III a. C. y el siglo II. Por su tipología podrían ser surcos para el cultivo de vid y fabricación de vino, algo que no ha sido muy estudiado en Eivissa. Si se confirmara, podría ser un hallazgo importante, aunque el conseller Albert Prats indicó que el futuro de este yacimiento dependerá de lo que decida la comisión de patrimonio del Consell (Ciotupha). En caso de que mereciera ser conservado, el carril bici se podría hacer pasar por encima, de forma elevada. Prats indicó que harán las cosas bien y se tomarán su tiempo aunque retrase las obras. «Es una buena oportunidad para conocer nuestro pasado», destacó el conseller, que aseguró que hallar restos es un «motivo de felicidad». El presupuesto de vigilancia ambiental y arqueológica de la carretera es de 150.000 euros, aunque Prats indicó que podría aumentar.
Se crearán tres áreas de descanso arboladas
El conseller Albert Prats explicó que, tradicionalmente, se solían dejar los trozos de carretera antiguas visibles. Ahora, se restaurarán con arbolado y vegetación para crear un área de descanso para ciclistas. En total habrá tres en toda la carretera, acondicionadas con pérgolas y bancos.
Por otro lado, en el proyecto se incluye la construcción de un colector de aguas residuales a petición del Ayuntamiento de Santa Eulària, que tendrá un coste de 1,1 millones de euros y que abonará el Govern, con lo cual esta cantidad se podrá destinar a otras actuaciones en carreteras. Al tocar este punto, el president Antich destacó el «buen entendimiento» con los ayuntamientos.