El 53% de los baleares afirma estar feliz en su puesto de trabajo, frente al 11,8% que se muestra claramente a disgusto, según el estudio 'Ranstad Workmonitor' realizado por la compañía de recursos humanos en 25 países, que sitúa a Baleares como la segunda comunidad con un mayor índice de trabajadores insatisfechos con su puesto de trabajo, sólo superada por Cantabria.
Así, si el 23% de los cántabros encuestados afirma estar «muy insatisfecho» con su trabajo, en las islas esta valoración la comparten el 12% de los consultados.
Sin embargo, una clara mayoría de encuestados (53%) está a gusto con su empleo, tal y como lo pone de manifiesto el que el 17,6% de los consultados en el archipiélago reconozca estar «muy satisfecho» con su actual empleo y un 35,4% alude estar simplemente «satisfecho». Asimismo, un 17,6% asegura estar «insatisfecho» y la misma proporción se muestra «indiferente».
Al analizar el nivel de satisfacción, Randstad destacó que no hay grandes diferencias por género, pero sí por nivel educativo, ya que los españoles, y así también los baleares, con mayor nivel formativo presentan una mayor satisfacción en su empleo. Esto suele ir ligado al puesto que tengan, provocando que su nivel de compromiso sea mayor que el de la media y que por lo tanto su motivación y productividad aumenten.
La diferencia por edades tampoco es notable, ya que según el estudio, la mayoría se encuentra satisfecho con su actual empleo, en valores que se sitúan alrededor del 60%, aunque a partir de los 45 años hay un claro declive en el nivel de satisfacción de los consultados.
Pero si algo parece ayudar a la satisfacción laboral de los empleados es el salario, según Randstad. Los más satisfechos con su trabajo fueron los trabajadores con una remuneración superior a 60.000 euros brutos anuales y, en el lado opuesto, los trabajadores con sueldos inferiores a 12.000 euros.
Según los resultados, los asturianos son los más satisfechos, con un 40%, seguidos por los andaluces, con un 35%, y los navarros y castellano-manchegos (25% en cada caso). Tras este estudio, Ranstad concluye que a pesar de la crisis, la situación económica y las pocas opciones ante un posible cambio, los trabajadores no se encuentran a disgusto en sus actuales empleos.