Los controladores y AENA retomarán hoy la ronda de negociaciones para el convenio colectivo, después de que el sindicato USCA acusara recientemente al ente de incumplir el acuerdo de «mínimos» firmado entre ambas partes el pasado 13 de agosto, tras la retirada de la amenaza de huelga en agosto por parte del colectivo.
En declaraciones a Europa Press, el portavoz del sindicato mayoritario USCA, que agrupa ya al 97% del colectivo, Daniel Zamit, confió en que la compañía esté en «buena disposición para negociar» y muestre «un cambio de actitud», después de que las últimas reuniones con el ente «no fueran del todo satisfactorias» para el colectivo.
El objetivo de este primer encuentro, al que USCA acude con «buena voluntad», será fijar el próximo calendario para continuar con las negociaciones entre ambas partes, que resuelvan los problemas «de una vez por todas» y permitan aprobar el II convenio colectivo.
Tras insistir en que el conflicto «no está resuelto», Zamit aludió a algunos aspectos acordados que «no se están cumpliendo», según USCA, como el respeto a los turnos de descanso --de entre 6 y 8 días al mes-- y la jornada en función de la dependencia, para lo que se establecieron cuatro categorías diferentes, aspecto éste que todavía se está analizando.
«Es cierto que ajustar la jornada no es fácil en aquellas dependencias cortas de personal, pero si tenemos que trabajar más habrá que ver cómo», explicó Zamit, para criticar «el alto grado de incompetencia en la gestión del ente».
En cuanto al complemento de adaptación previsto en la Ley 9/2010, que AENA dijo que abonará en los próximos días en una nómina extraordinaria a los controladores operativos, el colectivo reclama que se extienda a todo el colectivo.
AENA ha decidido abonarlo con carácter de «anticipo a cuenta», basado en lo acordado el pasado 13 de agosto, «sin perjuicio de que se pueda alcanzar un acuerdo que incluya esta materia posteriormente».
Según el ente, los responsables de USCA manifestaron a la dirección de Navegación Aérea que «preferían esperar a que estuviese definida la cuantía para todos, los operativos y los no operativos, antes de cobrarlo».
El portavoz reiteró que la solución debe ser «negociada», tal y como les trasladó el propio ministro de Fomento, José Blanco, en su encuentro del pasado 3 de septiembre. Para ello, USCA considera que AENA debe ser flexible y «no ampararse sólo en la Ley».
En este sentido, mostró su satisfacción porque el Grupo Socialista y el Grupo Popular hayan registrado dos enmiendas en el Senado al proyecto de Ley que regula el Fondo de Promoción al Desarrollo, que actualmente se tramita en el Senado, con las que buscan modificar la Ley de prestación de servicios de tránsito aéreo para permitir que, previo examen psico-físico, los controladores puedan continuar desarrollando «funciones operativas» más allá de los 57 años.
Zamit esperó que esta iniciativa salga adelante antes del próximo 15 de octubre, fecha en la que los controladores que superen esa edad perderán su habilitación.
«Parece absurdo que cuando se está hablando de prolongar la edad de jubilación a los mayores de 57 años que quieran seguir se les mande a casa cuando hacen falta y acumulan más de 30 años de experiencia. Son el mejor capital que AENA tiene y no se les puede desperdiciar», aseguró Zamit.
Tal y como se comprometió Blanco, AENA aseguró que iba a estudiar la petición de los controladores de flexibilizar la retirada operativa y avanzó que, aunque la norma seguiría contemplando como «principio general» la retirada operativa a esa edad, se daría la opción a aquellos controladores que superen la prueba y se sometan cada seis meses a exámenes médicos en el Centro de Investigación Médica Aeroespacial (CIMA) puedan mantenerse en funciones operativas.
USCA considera que la plantilla de controladores operativos en AENA adolece de personal, por lo que exigió la incorporación de los 47 controladores que salieron el pasado mes de julio de la promoción de la escuela de Senasa y que comenzaron a formarse en 2006.
AENA anunció esta semana la incorporación de estos 47 controladores en prácticas para hoy, si bien, según USCA, informó de que «problemas técnico administrativos» la han retrasado hasta la próxima semana.
En cuanto a la privatización de las torres de control, aspecto clave en la negociación para USCA, los controladores se han planteado lograr la certificación como un proveedor de servicios de tránsito aéreo, al igual que otras empresas.
«Tenemos esa posibilidad abierta para ofrecernos como una sociedad más y prestar servicio en aquellas torres de control que se liberalicen a medio plazo, pero no a corto plazo porque los trámites son farragosos y se necesitan al menos de seis a siete meses», aclaró para reconocer que es «una de las alternativas» que se han planteado, aunque sería «más factible en Europa».
Fomento todavía no ha decidido qué torres de control va a liberalizar, ni en qué aeropuertos, pero se prevé que «haya de todo» no sólo dependencias de aeropuertos pequeños. Entre ellas, podrían figurar las torres de Alicante, Tenerife Sur o Eivissa, según fuentes sindicales.
En cualquier caso, aprobado el decreto, y a la espera de la homologación de los proveedores que concurrirán al concurso en octubre, desde Fomento se señala que el proceso será «irreversible».
Por otro lado, AENA prevé incorporar este año unos 100 controladores, independientemente de las 149 plazas que pretende cubrir con concursos de traslado.
De ellos, 70 efectivos corresponden a las dos promociones que están en la escuela de formación y que terminarán a lo largo de este año, que se sumarán a 30 controladores 'liberados' en las torres de control por la implantación del sistema de información de vuelos, AFIS, de aquí a fin de año.
Tras la implantación del AFIS en La Gomera en julio, el ente ha implantado este sistema en El Hierro el pasado 23 de septiembre, y lo hará en diciembre en el aeropuerto de Burgos, en 2011 en Huesca y en Logroño y el año que viene en Córdoba. El sindicato USCA considera que los informes de seguridad al respecto no se están realizando con la suficiente profundidad sino «pasando de puntillas».