Magia, ilusión y mucho humor es la combinación perfecta que consigue que el ilusionista Màgic Andreu continúe pisando los escenarios después de 32 años de carrera. «Llevo 32 años fascinado por mi trabajo. Si trabajando ya me lo paso bien y encima cobro, pues me lo paso mucho mejor. Sigo estando tan ilusionado como el primer día, ensayo con la misma energía que al principio y continúo comunicándome con mi público como cuando empecé profesionalmente en el mundo de la magia», afirma este artista, que actúa esta noche a partir de las 21,00 horas en la carpa de Sant Carles con motivo de las fiestas patronales.
Bajo el título 32 años de magia, Màgic Andreu repasará algunos de sus trucos y juegos más famosos, «aquellos con los que la gente se lo pasa mejor», puntualiza, e incorporará algunos nuevos, como adivinar quién miente y quién dice la verdad. «Es bastante divertido; sigue predominando el humor, la espectacularidad y el tú a tú con el público», precisa el mago.
Prácticamente desde que empezó de manera profesional en el mundo de la magia siempre ha defendido que ésta es una manera de comunicación, por ello imparte clases en la Politécnica de Catalunya y cursos para profesionales médicos, por ejemplo. «La magia es un lenguaje y cura. Soy el fundador de Sonrisas sin Fronteras y todos los martes y jueves visitamos hospitales para hacer magia-terapia para niños con cáncer, leucemia y tumores cerebrales. Creo y defiendo que la magia puede ayudar a vencer el cáncer», explica Màgic Andreu, quien señala además: «Los niños cuando ven nuestros espectáculos se ríen, por lo que segregan endorfinas y éstas hacen que no sientan tanto dolor. Se animan a hacer truquitos y esto les da esperanza de vida».
Sus amplia trayectoria profesional le llevó el año pasado a recibir el título de presidente de la Sociedad Española de Ilusionismo «pero acabé dimitiendo y me di de baja como miembro porque no estaba conforme con sus directrices», explica. Otros reconocimientos importantes fueron la medalla de oro al mérito mágico nacional entregada por las 53 sociedades mágicas del país y el premio Paul Harries de Humanidades del Rotary Club Internacional de Granolleres.