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Contraste de sabores

Moisés Machado visitó ayer el colegio L'Urgell para explicar a un grupo de alumnos las claves de una buena alimentación

El cocinero Moisés Machado respondió las preguntas y preocupaciones de los estudiantes. | ESTER REQUENA

| Eivissa |

No puedo superar a todos los de mi clase comiendo», explicaba el pequeño Marc Suñer, uno de los 40 alumnos de Tercer Ciclo de Primaria del colegio L'Urgell de Sant Josep que ayer asistió a una clase teórica del cocinero de Ca Na Sofia Moisés Machado, y delegado en las Pitiüses de la Comunidad Europea de Cocineros Euro-Toques con motivo del Día del Gusto.

«Lo peor que podéis comer son los dulces. El azúcar es muy malo para nuestro organismo, es más, quien come más azúcar envejece antes», explicó Machado a los niños, quienes a medida que iban escuchando las recomendaciones de este cocinero formulaban preguntas preocupados por saber si lo que consumen habitualmente es perjudicial o bueno para su salud.

Así, poco a poco fueron saliendo la crema de cacao, la Coca Cola, las hamburguesas del Mac Donald's, el Nestea, la Fanta y los caramelos, por ejemplo. «¿Puedo beber un vaso de Fanta al mes?», preguntó una niña. «Claro e incluso uno a la semana, pero no bebas siempre Fanta. Lo que tienes que beber es mucha agua», le explicó el cocinero, quien también respondió con gran carácter divulgativo a la siguiente pregunta: «¿Podemos comer caramelos en una fiesta de cumpleaños? Yo los comí en Halloween». «Sí, claro que puedes comer caramelos en un cumpleaños, pero no es bueno que comas siempre caramelos», dijo Machado, quien puso enfásis en recordar que se puede comer de todo, aunque no es nada bueno para el cuerpo abusar de algunos productos en concreto.

Otro de los temas que más preocupó a los jóvenes comensales es la carne. «¿La carne nos ayuda a crecer?», dijo uno de los estudiantes. «Sí, por supuesto, todo lo que son proteínas nos ayuda a crecer, aunque la dieta mediterránea recomienda comer carne una vez cada 15 días. Tenéis que comer verduras, ensaladas, pan...un poco de todo».

Tras la explicación teórica llegó el momento de pasar a la acción y por fin los niños y niñas descubrieron que el plato que tenían delante, en el que había una botellita de aceite, un trozo de jamón, azúcar y limón, era para descubrir los sabores básicos y qué papilas gustativas de la lengua perciben según qué sabores. Previamente, los niños ojearon el díptico informativo en el que se recomienda a los pequeños que la diversión a la hora de comer se centra en conocer los cuatro sabores fundamentales: dulce, salado, ácido y amargo. Esta sesión tan amena de cocina llegó a su fin con la entrega de diplomas.

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