El Consell d'Eivissa reunió ayer por primera vez la comisión de ordenación turística encargada de la legalización de plazas con el fin de regularizar todas aquellas camas turísticas que se encuentran en situación irregular. Esta reunión está formada por miembros de la institución, un representante de cada municipio, patronales y sindicatos.
Aunque ayer sólo fue una primera toma de contacto en la que se pusieron varias propuestas sobre la mesa, el conseller de Política Empresarial i Activitats, Serra Mayans, señaló que en enero se establecerán ya todas las reglas para la aplicación de esta normativa y legalizar estas plazas turísticas de cara a la próxima temporada turística.
En cuanto a las cifras, el conseller indicó que confía en que las plazas a legalizar no superen el millar: «Actualmente existen unas 9.000 plazas [que son aquellas que en los últimos años se han dado de baja en el ámbito turístico], pero el número global que se puede dar para legalizar no será mucho más que entre un 7 y un 10 por ciento», apostilló.
Las diferencias
En cuanto los porcentajes máximos de legalización en cada establecimiento, el Consell estima que podría ser de un 33 por ciento, mientras que desde la Federación Hotelera se apunta que éste no superar el 5 por ciento. «La ley no contempla ningún porcentaje, aunque seguiremos trabajando para ajustar más las posturas», señaló Serra Mayans. El presidente de la patronal, Juanjo Riera, por su parte, defendió la postura de los hoteleros resaltando que esta normativa no puede servir «para hacer una legalización masiva de plazas». «No queremos que los grandes infractoras puedan legalizar cualquier ilegalidad», insistió Riera.
De hecho, desde la patronal indicaron que se deben marcar diferencias y crear unos baremos para llevar a cabo el texto normativo. «Se debe estudiar la casuística de cada establecimiento y que en un momento dado se haga de una forma u otra. Todo dependerá del tipo de establecimiento o las dimensiones, por ejemplo. No es lo mismo un establecimiento de 100 plazas que uno de mil plazas», indicó el conseller. Por ello, esta comisión de ordenación deberá marcar los baremos para aplicar «el criterio amplio» en la isla de Eivissa: «El mercado de la oferta turística no es el mismo en Mallorca, en Menorca, en Formentera o en Eivissa, por lo que cada uno debe analizar sus adaptaciones a la realidad de cada una de las islas», concluyó.
El precio de la legalidad oscila entre los 4.000 y 6.000 euros
Otro de los puntos que quedó ayer sobre la mesa fue la tarifa que cada uno de los hoteleros deberá pagar por plaza legal. De hecho, según el conseller, se marcan los mismos criterios que en Mallorca y que oscila entre los 4.300 euros y los 6.000 euros. Aún así, este precio depende del número de camas a legalizar, es decir cuantas más plazas se quieran regular más caro será. Desde la Federación señalaron que estas cifras deberán ser estudiadas en la próxima asamblea de la patronal. Aún así, Riera indicó que en la Isla ya existen suficientes plazas turísticas por lo que rechazó legalizarlo «todo» y apostó por promover la calidad. Ante esto, el conseller recordó que existe una serie de establecimientos «que en un caso normal hubiesen ya desaparecido porque no ha habido nunca una modernización, por lo que esta es una gran oportunidad para ello».
Distintos criterios a la hora de abrir o cerrar en invierno
La Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Eivissa y Formentera ha remitido un escrito a la conselleria de Turisme mostrando su malestar ante la no previsión «de hacer cumplir la normativa» a los establecimientos hoteleros de cinco estrellas por cerrar sus puertas en invierno. En este sentido, el colectivo insta a la administración pública a obligar a que no sólo cierren la oferta de alojamiento sino también sus comedores «y que no ejerzan de restaurantes durante el cierre como vienen haciendo incluidas las fiestas navideñas». La patronal critica que por un lado se inste a los asociados a permanecer abiertos todo el año «con el tremendo esfuerzo económico y laboral que esto supone y sin embargo no tenemos en cuenta que si viene un turista de cierto nivel no encontrará un hotel de cinco estrellas abierto».