Los niños de Formentera vieron ayer cumplidos sus sueños con los regalos que los Reyes de Oriente les entregaron en una ceremonia ya tradicional en la isla, en la que los regalos se dan públicamente. Lo curioso de esta costumbre es que la entrega de regalos se efectúa de tal manera que los Reyes tienen todos los regalos y los pajes van entregándoselos uno a uno mientras los niños, o no tan niños, son llamados por sus nombres y apellidos, por apodos familiares o por el nombre de la vivienda y se les indica qué rey les hará entrega de los obsequios.
Por lo general, los chavales subían raudos a coger sus regalos excepto algunos, que nerviosos o atenazados por el miedo ante los Reyes, tenían que ser llevados casi a rastras por sus padres a recoger su regalo. Y eso sucedió la noche del miércoles al jueves en Sant Ferran y el Pilar de la Mola y ayer por la mañana de nuevo en Sant Ferran y en Sant Francesc, en el Jardí de ses Eres, donde por segundo año consecutivo se hace esta entrega 'popular' de los obsequios navideños en lugar de hacerlo en la entrada del Colegio Virgen Milagrosa.
En cuanto a lo que se vio, nada nuevo, porque hay cosas que no varían de un año a otro. Y así proliferaban juegos de mesa, bicicletas, carricoches, coches teledirigidos, muñecas, vestidos, peluches, libros, cometas o juegos para las consolas. Los mayores también tenían susración de cosas para la casa, principalmente para la cocina, y adornos u objetos de decoración, así como cosas tan cotidianas como calcetines, guantes, bufandas, zapatos, sin olvidarse de clásicos como los libros y los perfumes y un sinfín de regalos que en muchos casos no se abrían en público por lo que pudiera ser.