El plazo de dos años previsto en la ordenanza municipal sobre conservación de edificios, urbanizaciones, terrenos y otros bienes inmuebles empieza a agotarse. Por eso, muchos de los propietarios de viviendas ubicadas en el núcleo histórico se afanan en remodelar y rehabilitar los edificios y fachadas de los inmuebles situados en los barrios de sa Penya y la Marina.
De hecho, y según el concejal de Vivienda y Núcleo Histórico, Marc Costa, ha habido un «movimiento y una responsabilidad de los propietarios» para cumplir con la ordenanza. Desde el Ayuntamiento de Eivissa se han tramitado, hasta el momento, 15 expedientes a diferentes edificios en situación de ruina. Estos inmuebles, según explicó Costa, se encuentran ya inscritos en el Registro Municipal de Solares. Una vez superado este trámite empieza a contabilizar el plazo de dos años para realizar las obras correspondientes. En caso contrario, el Consistorio se reserva el derecho de iniciar el proceso de expropiación.
Ante esta situación, ya son siete los propietarios que han solicitado la licencia de obra correspondiente para poder iniciar los trabajos de remodelación de las viviendas. El resto, hasta llegar a los 15, aún se encuentran dentro de plazo, según avanzó el concejal de la materia. «Se ha avanzado mucho en promover la responsabilidad y para ello ha hecho falta aplicar de forma firme la normativa. Ha sido, y es, un trabajo de realizar muchas inspecciones», explicó.
De hecho, sólo ha habido un edificio que ha superado este plazo pero que, a día de hoy, ya ha presentado el proyecto de obra «por lo que entendemos que quiere empezar los trabajos».
Obras menores
En cuanto a los inmuebles que registran anomalías más pequeñas, como el mal estado de la fachada o alguna otra problemática que puede convertirse en un peligro en la vía pública, el Consistorio ha incoado 72 expedientes. De éstas órdenes de ejecución ya se han llevado a cabo el 57 por ciento, es decir 41 obras de reforma, según apuntó Costa. «Estos datos demuestran que hay una respuesta por parte de los propietarios, hay una batería de órdenes de ejecución fruto de este trabajo de inspecciones municipales por todo el barrio que ha hecho que la gente responda».
En caso de que los propietarios no atiendan las reclamaciones de la institución, el departamento de Vivienda y Núcleo Histórico inicia un expediente de ejecución subsidiaria. Esto significa que el Consistorio acomete las obras para que luego sean abonadas por el propietario. En este caso, y según comentó el concejal, se han abierto 22 expedientes de los que el Ayuntamiento ha actuado en una decena. «Todo este proceso no se para, esto continúa y cada día se abren nuevos expedientes», indicó Costa.
Para poder llevar a cabo todas estas obras, desde el departamento coordinan todas las obras con el fin de que no coincidan todas a la vez y garantizar así la seguridad de los vecinos. Asimismo, se insta a la propiedad de los inmuebles a realizar las obras en temporada de invierno, de octubre a marzo, para evitar entorpecer la temporada turística.
Promover la buena imagen de la ciudad
El objeto de la ordenanza municipal es mantener las fachadas «visibles desde el dominio público en buen estado de conservación tanto para mantener la buena imagen como para evitar cualquier peligro para las personas usuarias de las vías públicas». El concejal Marc Costa reconoce que, a pesar de ser una ordenanza aplicable a todo el término municipal, se quiere dar «más contundencia» a la protección en todo el núcleo histórico y patrimonial.