Cuando, a eso de las dos menos diez de la tarde de ayer, la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud llegó al puerto de es Botafoc, se desató la pasión y el fervor contenido durante cerca de media hora por el medio centenar de fieles que allí esperaban.
Por eso cuando aparcó la furgoneta que la transportaba con el lema 'arraigados y edificados en Cristo, firmes en nuestra fe' escrito en su lateral, no faltaron los voluntarios que se agolparon en sus puertas para descargarla. Incluso, el obispo de Eivissa Vicente Juan Segura, se puso manos a la obra para introducirla en la carpa junto con un icono de la Virgen María, al son de la canción que con sus guitarras entonaban un grupo de jóvenes.
Fue uno de los momentos más emocionantes para los allí congregados. Los había de todas las edades y de diversos lugares del planeta, incluyendo un grupo de filipinos con su bandera en la mano, todos unidos por la emoción de ver de cerca este regalo que hizo Juan Pablo II a los jóvenes durante la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en 1984 en Roma.
La emoción también envolvió al obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, que incluso, aseguró ante todos los presentes que «no sabía si iba a poder dirigirse a los fieles» que esperaban en la carpa sus palabras. Luego, una vez recuperado, aseguró ante todos los congregados que «el mensaje de la cruz es necedad para los que andan en caminos de perdición», al tiempo que afirmaba sentirse especialmente contento al comprobar, cuando se descargaba la cruz, «la iluminación y la alegría que ésta daba a tantas familias de Eivissa». Por eso, aprovechó su alocución para animar a todos los pitiusos presentes en la carpa a disfrutar con la presencia de este símbolo en Eivissa y Formentera hasta mañana.
Una vez terminada esta ceremonia celebrada en el dique de es Botafoc, la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud se trasladó a la cárcel de Eivissa donde hubo una celebración con los reclusos, y a la Residencia Reina Sofía, para luego partir rumbo a Formentera donde se celebrará una gran Vigilia de oración .
Precisamente desde allí llegará hoy, a eso de las diez de la mañana, al puerto de Eivissa, donde está previsto que la reciban los niños y niñas de los Colegios Diocesanos y Religiosos de la Diócesis, así como todos los que quieran participar. Desde allí, será transportada en procesión por las calles de Vila hasta la parroquia de Santa Creu, donde tendrá lugar una celebración con los niños y niñas participantes.