Las obras del primer tramo del primer cinturón de ronda para convertirlo en vía urbana podrían comenzar a principios de 2012 y estar terminadas a finales de ese mismo año. Así lo anunció ayer el conseller de Mobilitat, Albert Prats, al presentar el proyecto constructivo, que incluirá carril bici en la zona central, aparcamientos con enchufes para coches eléctricos y pérgolas con placas solares para abastecer la iluminación de la avenida.
Este proyecto afecta al tramo que discurre entre la rotonda de ses Figueretes y la de Can Misses. Prevé reducir los carriles actuales de 3,5 metros a 3 y ganar espacio en zonas muertas de aceras y ajardinado para construir una zona central con carril bici y espacio para peatones. En total, habrá 554 metros lineales de nuevas vías ciclistas, 1.384 m2 de espacio reservado para bicicletas y 16.200 m2 para peatones.
Coches eléctricos
Con esta reordenación también se conseguirán 130 nuevas plazas de aparcamiento, que contarán con puntos de recarga para vehículos eléctricos. Según explicó Prats, desde el principio no se contará con todos estos puntos, pero sí se dejará la acometida hecha para que en un futuro se puedan utilizar.
Otra de las novedades es que se construirán una serie de pérgolas con placas fotovoltaicas para conseguir energía solar para abastecer la avenida. De esta forma, habrá 350m2 de paneles, un total de 342, con una potencia instalada de 44.660 wp. Esto producirá una energía al año de 62.061 kwh, casi la misma potencia consumida por el alumbrado público de este tramo de la avenida. La facturación de la energía que se consiga, 17.302 euros al año, permitirá amortizar la inversión que se ha hecho en 15 años de funcionamiento. Esto generará un ahorro de 47,2 tn de CO2 y de 15 tn de fuel al año. Estas pérgolas se han ampliado respecto al anteproyecto para poder poner más placas solares. Asimismo, se instalarán 100 farolas de bajo consumo y se pondrán semáforos para dar seguridad a los movimientos de acceso a la futura estación de autobuses del Cetis.
Otra de las novedades es que se tendrá que construir un colector de aguas pluviales porque la instalación actual no puede asumirlas. Esta obra, que tendrá un coste de 900.000 euros, se instalará en la mediana de la vía y tendrá un recorrido que se iniciará en la rotonda de ses Figueretes hasta el torrente den Capità (1759 metros). Debido a esta obra será necesario que el proyecto reciba el visto bueno de la Comissió Balear de Medi Ambient.
El coste de las obras asciende a 6,1 millones. Las partidas más importantes son la pavimentación (2,1 millones), el mobiliario urbano y la jardinería (900.000 euros) y el colector (900.000).
La intención del Consell es aprobar inicialmente este proyecto durante el mes de abril, llevar a cabo la información pública y la aprobación definitiva en el segundo semestre de 2011 y comenzar las obras en el primero de 2012. Los trabajos tienen un plazo de ejecución de un año.
La reforma del primer cinturón durará años y está previsto que se vayan redactando los proyectos constructivos de las siguientes fases progresivamente.
Según explicó Prats, tienen 23 millones del convenio de carreteras para ejecutar todo el primer cinturón y el carril bici de la carretera de ses Salines, aunque es probable que no llegue. Sí que hay dinero para este tramo y para otros, pero el conseller recordó que su sucesor tendrá que buscar financiación y recordó que ellos han conseguido 80 millones esta legislatura.
Se trata de una «operación de cirugía estética»
Prats comparó la obra que se va a hacer con una operación de «cirugía estética», ya que toda la zona mejorará mucho. El conseller destacó también que toda la obra tiene una vertiente ambiental muy importante, al incluir carriles bici, energía solar, luces led y puntos para vehículos eléctricos.
Otros detalles de interés son que se reducirá la velocidad de la vía de 80 a 50 km/h, se eliminará la «antiestética» pasarela elevada que existe ahora para cruzar, que además según Prats tiene «problemas estructurales importantes» y se instalarán pasos de peatones en toda la zona menos delante del Cetis, para facilitar las entradas y salidas de los buses.
Las expropiaciones no serán muy numerosas y no afectan a ninguna vivienda. Se estiman en 283 m2, con un coste de 87.000 euros.