Cerca de 220 personas llegadas de todas partes de la Isla acudieron el domingo a la Casita Verde a participar en una fiesta en honor a la paz mundial, que se prolongó desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche. Fue un festival que unió música, baile, danza, comida vegetariana, meditación, masajes y actividades para niños, y que según el inglés Chris Dews, uno de los organizadores de la iniciativa, «fue todo un éxito viendo el alto índice de participación».
Además, según Chris, «se volvió a demostrar a todo el mundo que la convivencia entre distintas razas y religiones es algo común en Eivissa, ya que se pudo ver bailando juntos a judios con árabes, o a negros cantando con blancos sin importar nada más que el querer ser feliz».
Algo muy importante ya que según Dews, «lo celebrado el domingo es el germen de un proyecto mucho más ambicioso que está previsto se celebre el 21 de junio en Eivissa coincidiendo con el Solsticio de verano». En él, según este británico ex oficial de radio para la Marina Mercante Británica, «vamos a intentar juntar a más de 10.000 personas en el recinto de Sa Coma, un antiguo cuartel militar que no puede ser mejor escenario para escenificar la paz mundial».
La idea, como afirma Chris, «no es juntar sólo a habitantes de la Isla sino de todo el mundo, ya que lo que se busca es implicar a sacerdotes, pastores, rabinos imanes o swamis, con el fin de demostrar que la convivencia pacífica es posible en el tiempo en el que vivimos».
Para todo ello, es necesario, como afirma este responsable de la Casita Verde, la colaboración de todos los agentes sociales pitiusos. Hasta el momento ya les han garantizado su apoyo el Consell d'Eivissa y Formentera, el Ibiza Music Cluster, Las Dalias, Aramon Cafe e Ibiza Sónica, entre otros. Sin embargo, según asegura Chris entre risas, «aún estamos intentando recabar los apoyos de ayuntamientos, aunque ya se sabe que con el tema de la burocracia todo va mucho más despacio».