Un miembro de la comisión que decidió la adjudicación del concurso de los amarres de Ibiza Nueva a las empresas Semar-Trapsayates (esta última del expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán) negó ayer ningún trato de favor por parte de algún directivo de Autoritat Portuària de Balears (APB) hacia esas sociedades.
El técnico, ingeniero de formación, declaró como testigo ante el juez instructor del caso Mar Blau, Antoni Rotger, que investiga supuestas irregularidades en torno a la adjudicación en 2008 de dos concursos para gestionar amarres en Maó y Eivissa por parte de la APB.
En concreto, se indaga si se produjo un trato de favor por parte de directivos de Puertos hacia la empresa Trapsayates, que era propiedad en aquel entonces de Díaz Ferrán y que resultó adjudicataria de los dos concursos.
El testigo ha hablado de una reunión de los miembros de la comisión técnica del concurso de Eivissa con el presidente de la APB, Francesc Triay, en la fase final de las deliberaciones.
Asegura que, durante la reunión, Triay les instó a que resolvieran el concurso (llevaba abierto desde 2004) porque «ya se llevaba mucho tiempo de deliberación y había que decidir».
También les dijo, según el testigo, que la decisión debía ser por unanimidad y que tuvieran en cuenta las ofertas que ofrecían mayor cuantía de tasas y mejores condiciones para las embarcaciones con base en el puerto, precisamente un aspecto en el que Semar-Trapsa daba buenas tarifas.
Preguntado si esos comentarios favorecían algunas de las ofertas, ha contestado que fueron «de tipo general» y que no sabe si pudo beneficiar a alguna. Preguntado si la oferta de Semar era la mejor de las presentadas al concurso, ha dicho que «al final del proceso, sí».
Sin embargo, más adelante ha indicado que no se cambió de criterio tras la reunión con Triay, ya que antes había habido «todo un proceso de análisis donde se habían cambiado posturas en un sentido u otro».
«Evidentemente -señaló- en la reunión con el señor Triay hay un recordatorio de ciertas cuestiones, sobre todo que nos diéramos prisa en resolver, lo que nos obligó a tomar unas decisiones rápidas».
Durante la declaración también se le ha preguntado sobre quién autorizó a Semar a vender o ceder a terceros amarres por todo el tiempo de la concesión y dijo que no lo sabía. «Creo que nadie», añadió.
Al respecto, afirmó que desconoce si sin autorización se puede hacer esta cesión e inquirido acerca de si no es cierto que cuando la cesión es superior a un año requiere de autorización, ha contestado que «es posible».
En cuanto al concurso del puerto de Maó, otorgado en 2008 a Trapsayates, dijo que «fue un proceso muy rápido en contraste con el de Eivissa», ya que «todos estaban de acuerdo en que la mejor oferta era la de Trapsayates».
Un testigo dice que Triay sólo pidió primar las mejores tasas en el concurso de Ibiza Nueva
Apunta que el presidente de Autoritat Portuària reclamó celeridad en la decisión y sólo dio indicaciones «generales»
Efe | Eivissa |