A la entrada una Peugeot de 1926. A la izquierda una New Imperial de 1927. Detrás, alguna que otra Bultaco, alguna alemana, alguna inglesa y a la derecha una colección de vespas que parecen salidas de una película de Bernardo Bertolucci o las emblemáticas 'guccis', todas pintadas de rojo y listas para usarlas igual que hace más de cincuenta años por los caminos de la Isla...
Desgraciadamente tanta maravilla permanece relativamente escondida en una nave a la entrada de Santa Eulària y sólo se lucen cuando el Club de la Moto Classica d'Eivissa i Formentera realiza alguna de sus tradicionales salidas.
Por eso, su presidente José Guasch, en nombre de sus cerca de doscientos socios, ha solicitado formalmente a las autoridades un lugar en el antiguo acuertalamiento militar de Sa Coma para el uso de las actividades propias del club y poder albergar las cerca de 500 motocicletas anteriores al año 1965 que tienen en su poder.
No en vano, la idea es que todos los pitiusos puedan disfrutar de forma permanente de estas reliquias que ya no tienen precio, más allá del simbólico para muchos de los presentes. Y es que hay auténticas piezas irrepetibles como una Lambretta con un sidecar hecho de diseño que actualmente no sería homologado que les han hecho recibir diversos premios a marcas, calidad de la restauración o número de asistentes inscritos. Además, también han hecho intercambios con otros clubes y puntos de la geografía no solo balear sino nacional e incluso acogiendo a clubes extranjeros como el Club de la New Imperial en New Hampshire de Inglaterra.