Yo les garantizo que van a salir mejor de lo que entraron». Con esta afirmación tan directa el guionista, director de cine, mago y monologuista Luis Piedrahita anima al público para que vaya a verle mañana a partir de las diez de la noche en la carpa del hotel Palladium de Platja d'en Bossa y le ayude a resolver uno de los enigmas que más le preocupa durante años: ¿Por qué los mayores siempre construyen los columpios encima de un charco? «Yo no tengo respuesta porque soy el que formula la pregunta. Creo que siempre son más importantes las preguntas que las respuestas porque las pirmeras mueven los cerebros. De hecho, lo importante de esta cuestión tan absurda es lo que piensa el público», explica Piedrahita, quien resalta un punto muy especial de su espectáculo de mañana por la noche: «Me gusta la improvisación porque me encanta crear momentos irrepetibles. Siempre que me preguntan cuánto dura digo que más de una hora y menos de 15 porque voy improvisando a partir de lo que el público me sugiere, de sus reacciones». Además se trata de su particular homenaje a los niños: «Defiendo a esos pequeños seres a los que no se les trata con el respeto que necesitan y merecen. Hablo de este viaje que es la vida en el que estamos todos absolutamente perdidos». Si por algo se caracteriza Piedrahita es por saber mirar y analizar esas pequeñas cosas que nos rodean: «El humor es una actidud en la vida y es una forma de ver el mundo distinta, ni mejor ni peor. Es algo que te toca, como el que es gruñón que lo es las 24 horas del día y los siete días de la semana. Con esa manera de ver el mundo, un poquito más amable, voy descubriendo qué puntos flaquean en la sociedad».
Uno de sus próximos proyectos es la realización de su segunda película, que hoy por hoy está un poco estancada («el cine es un capricho muy caro», cuenta). Destaca además por sus cuentos infantiles, como Diario de una pulga en el que este insecto viaja por diferentes animales porque quiere ir a esquiar a Baqueira Beret.