Aunque a simple vista generan cierto rechazo lo cierto es que los murciélagos tienen una importancia mucho mayor en nuestras vidas de lo que nos imaginamos, ya que, entre otras muchas cosas, estos animales son 'el insecticida perfecto' y son unos mamíferos 'súper desarrollados'.
No en vano, según Jaume Estarellas, técnico de Biodiversidad del Consell d'Eivissa, «a pesar de ser como un pequeño ratoncito con alas emplea un sistema muy sofisticado de sonidos que el oído humano no detecta y que por eco localización le sirve a modo de radar para captar las presas y para encontrar su lugar en los refugios donde conviven».
Por todos ello, el área de Medioambiente del Consell d'Eivissa ha puesto en marcha una campaña informativa que tiene como lema 'conocer para proteger'.
Papel fundamental
Según Estarellas, «lo que se busca con ella es ayudar a eliminar esa mala reputación que tiene en parte por su aspecto, porque al fin y al cabo son muy beneficiosos y tienen un papel ambiental importantísimo en Eivissa». No en vano, según Estarellas, «este animal controla todo lo que es fauna invertebrada, ayudando a que bajen las poblaciones de ciertos insectos, y además, ayuda en el control de plagas como la procesionaria que afecta sobre todo a los pinos».
Para ello, de la mano de David García, uno de los mayores expertos en murciélagos de Balears, se han establecido una serie de medidas para su conservación.
Una de ellas es la que se está llevando a cabo en la zona de ses Feixes, donde el Consell ha instalado una serie de cajas refugio para compensar la pérdida que están sufriendo de sus lugares de hábitat. Según Estarellas, se ha elegido esta zona «porque en ella se está aplicando mucho esfuerzo en la recuperación del humedal y en reconstituir su sistema hídrico y porque al tener muchas poblaciones de mosquitos es un lugar ideal para su asentamiento».
Pero los murciélagos pitiusos no sólo viven en lugares como ses Feixes. Según este técnico del Consell, «estos animales necesitan para criarse y para refugiarse durante el día vivir en agujeros, por lo que es muy común encontrarlos en paredes de casas antiguas, iglesias, murallas, torres de defensa o, incluso, acantilados marinos, aunque también hay un pequeño grupo que viven en agujeros de árboles».
Algo que provoca, como afirma Estarellas, que «uno de los graves peligros a los que se enfrentan son la destrucción de sus puntos de cría por desconocimiento al taparlos cuando hacemos una obra en una pared». Además, últimamente también tienen que luchar «contra los pesticidas y los herbicidas con los que se rocían a los insectos de los que se alimentan y que les acaba matando poco a poco».
Por ello, desde el Consell se recomienda que durante las épocas de hibernación y de cría (entre mayo y julio), no entrar a las cuevas y por supuesto no molestarlos. Además, Estarellas pide encarecidamente que «no se tiren residuos a la entrada de los refugios porque se puede obstruir su entrada», y sobre todo, «pensar que son una especie fundamental para nuestro día a día, y que hay que tomar conciencia de ello, porque son especies protegidas».