Eva María y Francisca son dos de las voluntarias de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Ibiza y Formentera que acudieron ayer a la playa de ses Salines a informar sobre esta enfermedad.
Sin embargo, no son dos voluntarias como las demás. Tienen aún más mérito que el resto porque, aunque no sufren esta enfermedad, padecen otras asociadas a ellas.
Algo que no les hace perder su gran sonrisa y sus ganas de arrimar el hombro. No en vano, por segundo año consecutivo, su labor es fundamental en la venta de camisetas, toallas o tazas con el lema de la campaña «Mójate por la Esclerosis Múltiple».
En toda España
Una campaña que ayer se hizo en esta playa ibicenca al mismo tiempo que en el resto de España, con el fin de dar a conocer lo más posible esta enfermedad del sistema nervioso que afecta al cerebro y la médula espinal.
Así, en ses Salines, el equipo encabezado por Rubén Muñoz, fisioterapeuta y vicepresidente de la asociación, buscaba que la gente reparara algo más sobre esta patología que afecta a cerca de 55.000 personas en toda España.
En este sentido Rubén aseguraba, mientras servía una botella de agua y una cerveza, que «aunque cada vez se tiene más conciencia de esta enfermedad, todavía hay mucho desconocimiento, porque a día de hoy los que más saben sobre ella son los entendidos en la materia, aquellos que trabajan o son familiares de pacientes, o desgraciadamente, los que la sufren».
Por eso, y para que cada vez llegue a más población se ponen en marcha campañas como la de ayer en la que la Asociación de Esclerosis Múltiple de Ibiza y Formentera ofrecían actividades para todos los públicos.
Por ejemplo, para los que simplemente buscaran tomar un refrigerio o un tentempié, los voluntarios instalaron una pequeña barra en la que se servían todo tipo de bebidas frías junto a platos de comida como Tarta de Santiago, flaó, o cocas dulces y saladas, a precios populares y que fue todo un éxito.
Igual de exitosa, a tenor por el gran número de personas que se animaron a participar, resultó la iniciativa puesta en marcha en colaboración con el Club Náutico de Santa Eulària. En este caso, era un pequeño curso de wind surf de una media hora, en el que todo aquel que lo deseaba podía tener su primer contacto con una tabla y una vela gracias a las clases de los monitores Javier, Manuel y Àlvaro.
Y es que cualquier cosa valía ayer para 'mojarse' por la Esclerosis Múltiple.