Los falcons son una manifestación gimnástica deportiva aparecida en Catalunya a principios del siglo XX. En ella, los falconers hacen construcciones acrobáticas que recuerdan a los castells, pero con menos participantes y más formas.
Algunas de ellas las pudieron contemplar de primera mano los niños participantes en la Escola d'Estiu Arrels organizada por la Associació Vuit d'Agost, gracias al intercambio cultural que preparó este colectivo pitiuso con la Associació Aire Nou de Baó, procedente de esta localidad de la zona norte de Catalunya.
Fue una mañana de lo más divertida para todos los presentes ya que además de aprender la historia de esta antigua tradición pudieron incluso probar a subirse a alguno de los falcons que se organizaron en el patio del instituto.
El 'gigante' Daniel
Ariadna, Marcos y Jordi que fueron algunos de los valientes y de los primeros en dar un paso adelante y encaramarse a los hombros del 'gigante' Daniel, que no paraba de hacerles bromas para ir rebajando la tensión de verse tan arriba.
No en vano este 'hombretón' de gesto afable y divertido ya lleva unos cuatro años siendo una de las bases más firmes para empezar a hacer los falcons.
En este sentido, aseguró estar encantado con la jornada que se estaba viviendo ayer en Eivissa porque «esta tradición es algo muy bonito que todos los niños deberían probar una vez en la vida». Aunque eso sí, para Daniel, «es cien por cien recomendable que empiecen junto a su familia para que se puedan compartir muchas más cosas y no les resulte algo aburrido al principio».
Algo que sucede en esta Colla de Falcons, plagada de pequeños como Rafael, Vicent, Elisa, Saratt, Salomé, Laura, Tania, Eponine o Ilan que, a pesar de su corta edad, trepan con una habilidad asombrosa por las distintas espaldas hasta formar figuras geométricas de gran belleza artística.
Algo parecido vivió también en primera persona alguna profesora como la valiente Ana Escandell que desafiando a alguna que otra duda inicial también trepó para predicar con el ejemplo. Y es que ayer en el patio del Instituto sa Blanca Dona todos querían tocar el cielo subidos sobre los hombros de los falconers.