Dos días antes de coger el avión que les llevara de Francia a Eivissa, Jacques Bonte salió del hospital donde estuvo ingresado varios días. Hasta el último momento no supo si podría viajar a su destino vacacional preferido, Eivissa, en compañía de su mujer Bernadette, que explica: «Aquí se está recuperando y está mucho mejor». Además de sus 15 días de vacaciones de buen tiempo, deliciosa comida y agradable compañía han sido sorprendidos con un regalo por su fidelidad, pues visitan la isla desde los años 60.
El presidente del Consell d'Eivissa Vicent Serra, y la consellera de Turisme, Carmen Ferrer, recibieron ayer a esta simpática pareja de franceses a la que obsequiaron con un busto de la diosa Tanit (»una diosa guerrera», puntualizó Serra) y una placa metálica como agradecimiento a sus visitas continuas desde hace más de 50 años. «Han pasado del turismo de los inicios a uno consolidado y siguen estando contentos por estar en Eivissa», recalcó Serra. En esta invitación también estuvieron presentes José Planells, dueño del hotel Ses Figueres en el que pasan sus vacaciones desde hace 51 años, y Daniel Aguilar, extrabajador de este hotel y muy amigo de Bernardette y Jacques. «La relación que tenemos con ellos viene de la amistad que se crea fruto de la simbiosis entre hotel y cliente. Cuando el cliente está a gusto todo viene rodado. Además no es nada difícil hacerse amigos de ellos porque son personas agradables y muy sencillos. Siempre están encantados», cuenta José Planells a quien Jacques y Bernardette le enseñaron qué era el sky acuático. «Venían con su barca en los 60 y recuerdo que aquí no se sabía ni qué era y me enseñaron sky acuático. Fue muy divertido», precisa Planells.
Esta pareja francesa cuenta que cuando eran jóvenes hacían más locuras: «Una vez nadamos la bahía de Talamanca de punta a punta y cogíamos erizos para comérnoslos. Ahora ya no quedan», explica Jacques, pero Planells aseguró conocer el motivo de la desaparición de los erizos: «Te los has comido todos tú, por eso no quedan», bromeó entre risas el dueño del hotel Ses Figueres.
Con el paso de los años, Jacques y Bernardette han comprobado los cambios que la Isla ha vivido: «Hay más masificación, pero es por la lógica normal de la evolución», cuentan. Para elllos, lo más importante y bonito de Eivissa es la amabilidad de la gente: «Eso no ha cambiado con los años».
Quien le iba a decir a Jacques que cuando descubrió la Isla con varios de sus amigos en el 57 se convertiría en su destino vacacional preferido primero para él y más tarde para su mujer.