El Consell tiene una deuda de 1,1 millones en el área de promoción turística. Así lo aseguró ayer la consellera de Turisme, Carmen Ferrer, que indicó que la Fundación debe de 2009 un total de 323.000 euros y 806.000 más de 2010. Asimismo, están pendientes de cobrar 410.000 euros del convenio de 2010 con la Agència Balear de Turisme (ATB) y no tienen firmado el de este año (dicen que por culpa de los gestores progresistas), lo que les deja en una «posición incómoda» porque tienen que hacer frente a gastos anteriores. De esta forma, hay 2,4 millones que la institución tenía que ingresar por promoción y de los que no dispone ahora mismo, por lo que serán «reivindicativos» ante Palma para conseguir esos fondos.
Ante esta situación, desde el Consell intentarán evitar «gastos prescindibles» aunque se continuará con la presencia en ferias turísticas, con los workshops (encuentros entre empresarios turísticos), los viajes de agencias y de periodistas. «Queremos realizar una promoción realista, trabajando sobre el plan de márqueting y sus productos y con el objetivo de conseguir más estancias turísticas y con la prioridad de estirar la temporada», indicó Ferrer, que dijo que más adelante, una vez ya se haya conseguido esto se intentará actuar sobre la temporada de invierno. También se desechará el patrocinio de actos donde no colaboren más entidades y se reducirán las subvenciones.
La intención es mantener los niveles de inversión en los presupuestos de 2012 y ponerse al día en el pago de deudas. En este sentido, se quiere hacer una «promoción desde Eivissa» y contando con los ayuntamientos.
Ibiza Slow Breaks
Capítulo aparte merece el convenio que en su día se acordó entre Consell, Govern y Turespaña para el proyecto Ibiza Slow Breaks, que tenía como finalidad atraer turistas fuera de temporada. Carmen Ferrer explicó que la primera anualidad, del año 2010, no fue abonada por parte del Ejecutivo autonómico porque el Consell no formalizó a tiempo el aval necesario. A esto hay que añadir que la institución ibicenca tampoco aportó los 500.000 euros que debía anulamente, ya que solo reservó 100.000. Según el conseller d'Economia, Àlex Minchiotti, esto quiere decir que el anterior equipo de gobierno sólo puso un 20% de lo que debía. «¿Por qué si era un proyecto estratégico lo pusieron de forma totalmente marginal?», se preguntó.
De todas formas, la consellera de Turisme avanzó que están trabajando para arreglar este contratiempo y hay «buena predisposición» por parte del Govern y Turespaña para traspasar esta cantidad a otra anualidad. Asimismo, se replantearán algunas cuestiones internas de los Slow Breaks para que sean «más productivos». Se priorizará este programa en los extremos de las temporadas (mayo y octubre) «en vez de atacar eneros y febreros». Ferrer destacó que por ahora este programa no ha tenido resultados y que hay que «venderlo bien».
Michiotti también criticó la gestión general de las cuentas turísticas que hicieron los progresistas. Puso como ejemplo que en 2010, pese a tener un presupuesto inicial de 7,6 millones, solo ejecutaron un 28% (2,1 millones). En cambio, el PP en 2007 tenía 4,9 millones pero a final de año ya había gastado 4,8. En este sentido, anunció que cambiarán «radicalmente» la forma de hacer los presupuestos, para que sean «realistas».
Minchiotti no sabe en qué se pudo gastar ese dinero que iba para turismo, pero criticó duramente esta forma de hacer cuentas, que «solo favorece para gobernar de cara a la galería y hacer política». Considera que esta forma de trabajar de los progresistas fue «muy perjudicial» porque ha hecho que se produzcan desfases en Tesorería de 10 millones de euros.
Se estudiará el coste de la legalización de plazas
El Consell seguirá con el proceso de legalización de plazas turísticas iniciado por el anterior gobierno, pero indicaron que los hoteleros se quejaban del coste que ello representa y pidieron que se estudiara su adaptación al mercado de Eivissa, por lo que será un tema que tratarán próximamente.
Por otro lado, no se descarta regularizar el problema de hoteles-discoteca que provocan ruidos y que han recibido quejas del sector del ocio nocturno. «Habrá que ver si eso corresponde a los ayuntamientos», añadió Ferrer.
Los populares criticaron además que los progresistas no hicieron nada en tema de ordenación, por eso trabajarán para modificar la ley general turística, actualizando la normativa en temas como guías turísticos o comedores en apartamentos.