El discurso institucional del presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, se distinguió ayer por su brevedad, su concisión y por dos aspectos básicos: la reivindicación inalterada de la reforma de la Constitución para que Formentera cuente con un representante propio en el Senado y el más velado pero igualmente firme rechazo a la voluntad del Govern balear de crear una delegación del ejecutivo en Formentera.
Ferrer dijo que «es en la Constitución donde se articula la aprobación de nuevos Estatutos de Autonomía como el nuestro, que ha permitido el ejercicio del autogobierno en Formentera, reconociendo nuestra realidad insular» para luego resaltar que año tras año «con justicia, desde Formentera pedimos que el articulo 69 de la Constitución en el que se hace referencia al Senado sea revisado».
Aunque con guante de seda, Jaume Ferrer no evitó tratar la voluntad del PP de crear una delegación del Govern balear en Formentera. Por ello, Ferrer hizo un preámbulo señalando que «Formentera es un claro y reciente ejemplo de fusión inteligente de dos instituciones políticas, Ayuntamiento y Consell, en una sola, para evitar duplicidades y optimizar recursos». Posteriormente sin mencionar para nada la intención de Bauzá, Ferrer subrayó que «nuestro Consell es un claro exponente de una administración propia, cercana, bien dimensionada y preparada para satisfacer todas las demandas políticas y la prestación de todos los servicios que los formenterenses merecemos y reivindicamos».
Austeridad
El acto, sumamente austero comenzó con la lectura de siete artículos de la Constituticón por parte de un representante de cada uno de los cuatro partidos con representación en el Consell, y los tres restantes a cargo de personas relacionadas con el Conservatorio de Música y con los medios de comunicación. Tras el parlamento oficial de Jaume Ferrer, los alumnos de la Escola de Música de Formentera interpretaron diversas piezas; comenzó Salvador Tur con una obra de Tárrega, Helena Serrano se enfrentó a una pieza de J.K.Mertz, Aleix Miquel a Mozart y posteriormente Julia Benevelli y Francisca Busi interpretaron sendas obras de Chopin y Burgmuller; el final corrió a cargo de Moria Ramírez que interpretó una pieza de Tchaikovski para culminar el acto Saúl Ferr y Marta Mayans con una ‘Fantasía' de Gabriel Fauré.