Fue aparecer en escena el paje enviado por los Reyes Magos y la emoción y los nervios se desbordaron entre los niños que cursan Infantil en el colegio Virgen de las Nieves de Sant Jordi.
No en vano para casi todos ellos era la primera vez que se encontraban cara a cara con él en estas navidades. Pero finalmente, y tras una espera paciente y ordenada, todos tuvieron su tiempo para darle al enviado real su carta con sus regalos y comentarle en persona que es lo que habían pedido este año a los Reyes Magos.
Atrás quedó una tarde con una fiesta de Navidad llena de actividades en la que los niños más pequeños de este colegio fueron los grandes protagonistas. Participaron cerca de 70 alumnos pertenecientes a los tres cursos de Infantil y entre todos representaron una adaptación teatral de La Cañita de Belén y demostraron sus habilidades cantando villancicos, ante las miradas orgullosas de sus padres y familiares que no paraban de hacerles fotos con sus cámaras y móviles.
Pequeños actores
Sin embargo lo mejor estaba por venir con la representación de un Belén Viviente en el que los estos pequeños estudiantes demostraron que tienen madera de actores.
Fue uno de los momentos más entrañables de la jornada festiva ya que todos los niños iban vestidos de pastores, salvo Aida y Enzo, que representaban a la Virgen María y a San José, respectivamente, y Erik, Jesús y Elías, que hicieron las veces de Reyes Magos.
Tras ello también hubo tiempo para que los padres de los alumnos del colegio ayudaran a reponer fuerzas gracias a una gran merienda a base de chocolate caliente y los tradicionales bescuits ibicencos que fueron cedidos por el Forn de Ca Noguera. Y para los padres que no les diera tiempo a probarlas, aún hay tiempo puesto que en el colegio Virgen de las Nieves las fiestas de Navidad continúan hoy a partir de las tres y media con las actuaciones de los jóvenes de Infantil.
Un Belén de lo más ‘pagès'
En un rincón del colegio hay una pequeña sorpresa. Se trata de un Belén, elaborado por los distintos grupos del colegio y que, como asegura la directora del centro, «es muy pagès, porque en él se puede ver la orografía de la costa de Platja d'en Bossa y es Codolar, hay casas de campo ibicencas y hasta torres de vigilancia». Y todo hecho con semillas y material reciclado como pelotas de tenis de mesa.