Los barrios de es Soto y es Puig d'es Molins tienen varias asignaturas pendientes, algunas en proceso de ser corregidas, pero la más importante, según sus vecinos, es la limpieza. A esto habría que añadir el caótico urbanismo que se ha desarrollado en esta zona de la ciudad, por otra parte muy atractiva por sus vistas al mar.
Mientras que en otras localidades, como Palma o Santander, áreas similares, como el Parc de la Mar y la zona de la Universidad Menéndez Pelayo, respectivamente, se han convertido en zonas de referencia dentro de la ciudad, es Soto y es Puig des Molins esperan un saneamiento general que no llega.
«Llevo más de 60 años aquí, esta es la primera casa que se hizo en la zona, Villa Isabel, y [las sucesivas corporaciones municipales] nunca han hecho nada», clama Adelina Torres Torres, cuya vivienda se encuentra al final del camino de tierra que nace tras pasar el túnel de es Soto, bajo el viejo inmueble de la Comandancia, un edificio que, después de muchos años sirviendo de vivienda provisional para decenas de ‘okupas', en la actualidad está en proceso de convertirse en sede de la UIB, de la Fundació d'Estudis per Eivissa y en el Archivo de Imagen y Sonido del Consell Insular. «Hice que pusieran señales para que los coches solo pudieran aparcar en un lado, porque una noche, en una urgencia, mi hija no pudo pasar», apunta. Acerca de este camino de tierra, Adelina, que tiene 76 años de edad, se queja de la basura que arrojan por los márgenes de este camino, donde se pueden encontrar todo tipo de desechos, desde escombros a pantallas de ordenador.
Un barrio tranquilo
«A veces hasta tiran el contenedor precipicio abajo», protesta Adelina, que, por otro lado, califica el barrio como «tranquilo». «Aquí no hay robos ni atracos», señala.
Ni ella ni otro vecino que vive muy cerca, ni tampoco un camarero que se mudó recientemente a la zona y trabaja en un local de la calle Ramon Muntaner, se quejan por robos o inseguridad, pese a que en los últimos años se han registrado aquí incidentes muy graves. Un cadáver con un disparo en la cabeza fue encontrado en el edificio de la Comandancia. Un ‘okupa' de este mismo edificio murió hace dos años en la plaza de sa Drassaneta en un incidente en el que se detuvo a varias personas. El 29 de enero pasado, en una caseta de ‘okupas' frente a la Comandancia se encontró el cadáver de un joven de 32 años, víctima del abuso de drogas. Hace tres años, en los acantilados de es Soto, apareció el cuerpo desnudo de un joven marroquí. También en esta zona, que está muy mal iluminada, se encontró este verano la moto que alquiló en Eivissa el párroco de la localidad cántabra de Ampuero, que desde entonces está desaparecido.
La zona que queda entre la pequeña cala de sa Cova de ses Dones y Dalt Vila se ha convertido en un lugar perfecto para pasear a los perros, lo cual sirve de alivio para las calles de es Soto, es Puig d'es Molins y sa Capelleta, cuyas esquinas están gravemente perjudicadas por el el ácido de los orines de los animales. «Todos los días de ocho a nueve de la mañana quedamos aquí mucha gente para pasear a los perros», comenta Juanma Ramon, que junto con su hija Angi pasea a su mascota. «Es una suerte que podamos traer aquí a los perros, porque si lo arreglaran o hicieran un parque en condiciones no podríamos», señala.
«Los imbornales están llenos de suciedad que impide el desagüe de la lluvia»
El primer capítulo de la memoria de 2011 de la Associació de Veins de es Puig d'es Molins se titula «Solicitudes no resueltas» y la primera frase dice: «En todo el barrio la limpieza es deficiente». «Respecto a la jardinería, brillan por su ausencia el riego, cuidado y mantenimiento; la falta de poda hace que las plantas invadan aceras y escaleras; los imbornales están llenos de tierra, suciedad y plantas que impiden el desagüe correcto de la lluvia», continúa el informe vecinal. Casi todas las reclamaciones aún no atendidas por el Ayuntamiento se refieren a la falta de limpieza, pero no solo. También reclaman la «ordenación de plazas de aparcamiento tanto para coches como para motos», que «los pasos de peatones y las señalizaciones horizontales se repinten más frecuentemente» y que «la recogida de vidrio, que se ha llegado a realizar a las 5,35 de la mañana, se haga más tarde por el estruendo que provoca su vaciado», entre otras.