Con pancartas en las que se podían leer mensajes tan directos como ‘Esto no es crisis, es estafa' y otros más bucólicos como ‘más amor, menos represión', silbatos, chalecos sindicales y, sobre todo, mucha fuerza en sus reivindicaciones se concentraron ayer frente a la Delegación del Gobierno alrededor de 250 personas, según la Policía Local, para protestar contra los recortes sociales y las políticas económicas europeas, nacionales y autonómicas en una iniciativa convocada por los sindicatos CC.OO y UGT.
«Es una iniciativa a nivel europeo convocada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) para protestar contra las políticas económicas que se están llevando a cabo, que nos llevan a una crisis mucho más profunda y, sobre todo, perjudica a los ciudadanos más desfavorecidos y a los trabajadores que tienen los salarios más bajos. Es una reforma que significa perder derechos y servicios», explicó Diego Ruiz, delegado de UGT en Eivissa.
Felipe Zarco, delegado de CCOO en Eivissa, aseguró que en las Pitiüses hay empresas que «aprovechan la crisis para despedir trabajadores. Hay empresas que dicen que tienen pérdidas desde 2007, pero han esperado hasta ahora para despedir». Zarco explicó, además, que desde que se diera a conocer la reforma, en CCOO tienen constancia de 20 casos en los que se incluyen despidos formales y ERE. «Pero son sólo los que nos han llegado; habrá mucho más que se conformen. Los trabajadores tienen que reclamar, tienen ese derecho; ahora es un poco más complicado, pero tienen que denunciarlo», precisó Zarco.
Entre los asistentes, pequeños que correteaban golpeando tapas de cacerola, trabajadores y jubilados. «Vivimos con miedo a que un día nos quedemos en la calle sin motivo», explicaba Herminia, recepcionista en un centro de mayores. Su compañera María Teresa, limpiadora, aseguró haber perdido la ilusión en el trabajo: «Antes estaba ilusionada porque tenía trabajo, ahora siento que no es así porque tenemos menos derechos».
El director insular del Estado, Rafael García Vila, recibió a Zarco y Ruiz. «Queremos que las políticas que se están aplicando se dejen de aplicar. Es una reforma que no crea empleo sino que lo destruye», explicaron minutos antes de reunirse con García Vila.