«Mi hijo duerme desde las cinco de la tarde y de un tirón hasta el día siguiente, ¿eso es bueno?». «¿Cómo evitar que nuestros hijos sean igual de rebeldes que nosotros lo fuimos en la adolescencia?». «¿Cómo puedo impedir estar nerviosa cuando mis hijos van a algún lado con todo lo que ha cambiado la sociedad hoy en día?». Estas son sólo tres de las muchas preguntas que los once participantes ayer en el taller de la Escuela de Padres, que organiza el Ayuntamiento de Sant Joan en Sant LLlorenç, hicieron a Belén Alvite, directora del Centro de Estudios y Prevención de Conductas Adictivas (Cepca).
Unas preguntas difíciles pero que para Belén siempre tienen respuesta basándose en la máxima de que «educar significa tomar decisiones pensando que es lo mejor para ellos, nosotros y nuestro futuro».
Broma tras broma, pero hablando completamente en serio, la directora del Cepca consigue dar consejos a los padres sobre todo tipo de aspectos relacionados con los niños, desde la edad más temprana hasta la adolescencia. Unos consejos que hablan de que «los pequeños, en su primer año de vida, tienen que dormir 12 o 14 horas al día y en la adolescencia un mínimo de 8 porque a partir de la séptima es cuando se segrega la hormona del crecimiento», o «que las discusiones con nuestros niños adolescentes es un proceso tan necesario para su evolución como la caída de los dientes».
La adolescencia
Precisamente, la adolescencia es uno de los temas más comentados. Tal es así que cuando Belén pide a los participantes que le digan una palabra relacionada con ella, prácticamente todos, dicen cosas negativas. Algo que potencia la idea de la directora del Cepca cuando asegura que «los padres tenemos mucho miedo a este período desde siempre, y es que ya en el año 2.000 a.C., hay frases egipcias que definen a los jóvenes como niños ruidosos que nunca respetan la opinión de los mayores».
Sin embargo, Belén lucha por desmontar esta percepción. «No es malo que haya rivalidad entre padre e hijo porque todos, de manera inconsciente, buscamos oponernos al primer vínculo que tuvimos en el mundo». Por eso Belén aconseja a los padres que intenten aprender a ignorar esas discusiones y que busquen ganarse la confianza de sus hijos para que ellos tomen sus propias decisiones y aprendan por ellos mismos de algo malo que les ha podido pasar en el pasado.
Algo que intentarán aplicar en sus casas hasta que regresen a la próxima sesión de este taller que lleva celebrándose lunes y miércoles desde finales de marzo, junto a los deberes puestos por Belén: «Analizar el nivel de responsabilidad que tienen los pequeños en casa, valorarlo y ver cómo lo aceptan».