El presidente de la comisión gestora que dirigirá el PSOE ibicenco hasta que se celebre un nuevo congreso, el diputado Joan Boned, aseguró ayer que hará su trabajo con la «máxima neutralidad» y sin estar condicionado por el sector al que pertenecía, que es el oficialista/renovador. Asismismo confió en la «colaboración» del resto de implicados, ya que uno de los cometidos de la gestora será investigar las «irregularidades» que llevaron a anular el congreso.
El presidente reconoció que una de las cuestiones sobre las que se indagará son las posibles presiones a un delegado para que no participara y la veracidad de los documentos de renuncia. En este sentido, intentarán hablar con «todo el que haga falta» y si hay que «repetir entrevistas que ya ha hecho el PSIB» lo harán. Eso sí, matizó que se trata de una investigación interna y que no se dará ningún dato mientras dure para poder trabajar «tranquilamente». Esta labor comenzará la semana que viene, cuando se cuente con el expediente físico, que ahora está en manos del PSIB.
Respecto a las quejas de Campillo sobre que la resolución del PSIB es «política» y que las alegaciones de los críticos fueron «desoídas», Boned señaló que su postura es «respetable», pero «cada uno tiene su versión». «Ahora no se trata de polemizar, sino de empezar a trabajar», añadió el presidente, que remarcó que no son representantes de un sector u otro, sino que la gestora está «para resolver conflictos y para trabajar en la línea radicalmente contraria de seguir incidiendo en criterios diferenciales; vamos a buscar lo que nos une y no lo que nos separa». En cuanto al recurso presentado por Campillo ante Madrid contra la anulación del congreso indicó que «está en su derecho», pero cree que no obstaculiza la labor de la gestora.
También indicó que podrá compaginar su labor como presidente con la de parlamentario y cree que le han elegido porque el PSOE balear le conoce. «Lo que se reclamaba es que la gestora fuera plural, hay representación de los dos sectores y creo que han elegido a alguien que les mereciera confianza independientemente de su catalogación», añadió Boned, que cree que podrán reconducir la situación del partido aunque ahora los de Campillo se vean en minoría en la gestora. De hecho, el presidente es oficialista y la número dos, Marta Díaz, también.
El exsecretario general de la FSE, Pedro Campillo, cree que es una «irregularidad» dar contenido político a una gestora que solo debería ser «de gestión». También criticó el aplazamiento de las asambleas municipales y confía en que Ferraz sea «más neutral» a la hora de resolver su recurso sobre la anulación del congreso, aunque duda de que «estén al lado de unos pequeños críticos y olviden a la dirección regional». De todas formas, indicó que se volverá a presentar si sus compañeros quieren y asegura que sus delegados están «muy animados». Asegura que está «apenado» por lo que ha pasado, pero ha recibido «muchísimas llamadas de apoyo de gente de todo tipo».