La asociación de comerciantes de Sant Antoni exige al Govern y al Ayuntamiento de la localidad «imparcialidad y legalidad» ante la próxima apertura del supermercado Lidl, prevista para el martes que viene, pero que previsiblemente se retrasará debido a «problemas con el suministro de agua y electricidad, aunque la planificación de apertura continúa prevista para el día 27», según explicó ayer un portavoz de la empresa.
Para construir este complejo de 2.000 metros cuadrados, ubicado en la finca Sa Tanca que está a la entrada de Sant Antoni, la empresa solicitó al Ayuntamiento licencias para construir cinco superficies distintas con menos de 400 metros cuadrados, que es el límite para convertirse en gran superficie, y así evitar el trámite de solicitar al Govern la licencia de grandes superficies.
Desde la Direcció de Comerç aseguraron ayer que hasta el momento no han recibido ninguna petición de gran superficie para Sant Antoni y que, cuando abra este establecimiento, harán «las inspecciones oportunas para comprobar que tienen todos los permisos y cumplen con la legalidad».
Puertas correderas
La polémica se encuentra en que, según los comerciantes de Sant Antoni, en el plano inicial del proyecto y la memoria del mismo se contemplaban cinco locales separados físicamente «por unos tabiques fijos», explicó ayer Joan Ribas, presidente de la asociación de comerciantes de Sant Antoni. «Pensamos que es una gran superficie encubierta. El proyecto estaba todo redactado en pequeños locales separados que no sobrepasaban los 350 metros. Según parece, y hemos podido ver estos días desde las grandes cristaleras que tienen, han comunicado los locales por unas puertas correderas que en el proyecto inicial no estaban; lo que había eran tabiques fijos para separar. Cuando se abran esas puertas correderas el local tendrá unos 600 metros o más».
Ribas asegura que remitieron un escrito al Ayuntamiento de Sant Antoni y otro al Govern para informar sobre esta situación. «En este texto les decíamos que la ley de comercio actual cataloga a un conjunto de pequeños comercios agrupados bajo una misma nave, que comparten párking y accesos como comercio colectivo, que es lo que ocurre con Lidl. Los comercios colectivos están obligados a solicitar la licencia autonómica, que en este caso se han saltado».
«Son cinco locales, no una gran superficie»
El concejal de Urbanismo y Actividades del Ayuntamiento de Sant Antoni explicó ayer que se hizo una inspección para comprobar que la obra «concuerda con el planteamiento inicial». José Torres aseguró que el supermercado está pendiente de la licencia de final de obra a la que seguirá la de apertura, que se podrían resolver la semana que viene: «Por parte del ayuntamiento está todo correcto». Sobre si se trata de una «gran superficie encubierta», como señalaron los comerciantes, Torres afirmó: «Son cinco locales con cinco licencias, no es una gran superficie».