Llevamos desde el lunes haciendo palmas y cada año que pasa viene más gente porque esto es como una fiesta grande para mucha gente del pueblo», aseguraba ayer por la noche Juan Fernando Gómez, párroco de Jesús en el salón parrroquial de la iglesia de la localidad.
Y el caso es que no le faltaba razón. A partir de la ocho de la tarde el lugar se fue llenando de fieles a esta tradición de todas las edades, en su mayor parte personas mayores de la localidad, movidas por una tradición que se remonta a tiempos inmemoriales.
Sin embargo, en el salón se echa en falta alguna persona joven más y algún niño como la pequeña Neus. «Durante estos días han estado haciendo palmas unos diez niños, y eso es muy importante porque así conseguimos que la tradición siga viva, aunque no estaría mal que viniera alguno más», aseguraba con el propio Gómez.
De todos modos, el lugar se convierte en una gran fiesta en la que todos añaden su granito de arena. «Aquí, desde que fuimos a coger la palmas el sábado antes de la Pascua, todo el mundo hace algo desde los que como yo, no sabemos mucho y sólo cortamos los hilitos, hasta los hombres que hacen las trenzas y las mujeres que son las que las organizan», continúa el joven párroco mientras intenta coordinar a todo el mundo.
Tal es así, que el trabajo incluso fue motivo de la grabación de un DVD y un vídeo preparado por la parroquia para recaudar fondos. Según Gómez, «se trata de una iniciativa que ha puesto en marcha Jesús Pérez, obrero mayor de la parroquia, en colaboración con Jurgen, un alemán afincado en la Isla para recaudar fondos para restaurar el retablo de la Iglesia de Jesús que data del siglo XV y que está un poco deteriorado».
Mientras ese ambicioso proyecto ve la luz, Pep, Mariano, Toni, Pedro, Catalina, Pepe, Juan, Pepita, María o la pequeña Neus, seguirán haciendo palmas hasta esta misma noche para que nadie en la procesión del Domingo de Ramos se quede sin ella.