El informe técnico-jurídico de la nueva estación de autobuses del Cetis elaborado por el catedrático de Transportes Andrés Monzón y la doctora en Derecho María Eugenia López Lambas, ambos de la Universidad Politécnica de Madrid, asegura que esta nueva infraestructura supondrá una reducción de los costes de explotación de las empresas de autobuses y el incremento del número de viajeros. Esta afirmación contrasta con lo que siempre ha sostenido la agrupación de empresarios Ibizabus, que cree que trasladarse al Cetis les costará más dinero por la tarifa de entrada y salida de bus (10 euros cada vez) que acabarán revirtiendo en el precio del billete.
«Los operadores se ven, en general, favorecidos», dice el informe, que argumenta que esto es así porque se «acortarán los tiempos de viaje», se mejorará la «regularidad del servicio al eliminarse los atascos en superficie» y la calidad de los servicios complementarios crecerá, como los lugares de espera y la venta de billetes. «En consecuencia, todo ello potencia la atractividad del servicio, con el consecuente incremento de viajeros», aseguran los expertos, que añaden también que desde hace años, en numerosas ciudades europeas, se han sustituido las terminales en superficie por otras subterráneas. De hecho, en Madrid hay numerosas de ellas y han supuesto «un más que notable salto cualitativo y cuantitavio en el transporte público», con «aumento constante» de número de viajeros.
En el informe se destaca asimismo que la actual terminal de Isidor Macabich incumple «flagrantemente» las exigencias mínimas de seguridad, impacto ambiental y eficiencia. De hecho, se aportan imágenes sobre la congestión que se crea en esta calle, los conflictos entre la circulación peatonal y aparcamiento de vehículos, la mala accesibilidad a los taxis, la información deficiente del lugar de venta de billetes y sus «pobres condiciones» y la presencia de marquesinas que «dificultan el acceso a los buses y a la circulación peatonal».
En el informe también se aborda uno de los principales problemas de la estación de autobuses, que es su único acceso de entrada y salida. Se destaca que hay muchas en España (como el intercambiador de Plaza Elíptica en Madrid con 60.000 usuarios diarios, la de Pamplona, la de Cartagena, etc.) con una única rampa sin que se hayan planteado nunca dudas. «El número de dársenas (14) permite aventurar que serán raras las ocasiones en que se crucen dos autobuses», dice el estudio, que recuerda que habrá una regulación con semáforo y barrera. «El tiempo máximo de espera con la barrera bajada será de entre 10 y 15 segundos», indica también el informe, que cree que no existen ni motivos de seguridad ni legales que justifiquen la necesidad de contar con dos accesos.
El informe recomienda trasladar unos metros más abajo la barrera de acceso y señalizar el uso de la vía de servicio, igual que alargar las aceras de las andanas. La alcaldesa garantizó el viernes que todo ello se hará.
Asimismo, el estudio destaca que el diseño proporciona sensación de «comodidad y amplitud» con una «amplia claraboya central que permite la ventilación y dota el edificio de luz natural».