Los seis hijos varones del empresario José María Ruiz-Mateos han reiterado hoy a la jueza de Palma que investiga una supuesta estafa en la venta de un hotel de Mallorca que tenían «fe ciega» en su padre, y le han atribuido todas las decisiones económicas que tomaba, han dicho, sin consultárselas.
Los hijos de Ruiz-Mateos han sido citados hoy en la capital balear por la jueza de instrucción 3 para responder a la ampliación de una querella interpuesta por el hotelero Francisco Miralles, quien les vendió un hotel que se comprometieron a pagar a plazos pero que, una vez adquirido, lo hipotecaron.
Como ya hicieron en anteriores comparecencias, uno a uno y con diferentes expresiones, los hijos del empresario jerezano han atribuido a su padre todas las decisiones del grupo empresarial, incluida la compra del hotel y también lo referido a la ampliación de la querella por un supuesto alzamiento posterior de bienes con la finalidad de evitar el pago de la deuda.
«Las decisiones las tomaba mi padre y lo hacía sin consultárnoslo», ha afirmado Pablo Ruiz-Mateos, en la misma línea que su hermano Zoilo, quien ha dicho que «las cosas se hicieron así por fe ciega» en el patriarca.
Alfonso Ruiz-Mateos ha afirmado que no sabía nada de la operación y que el trato con su padre «era más de jefe que de padre», al tiempo que ha indicado que tenía «confianza plena» en él y que «era quien conducía absolutamente todo».
«Absoluta confianza» tenía también en José María Ruiz-Mateos, su hijo homónimo, al igual que su hermano Álvaro, quien ha apuntado a la jueza que tuvo «mayor buena fe que la que habría tenido cualquier otro en su lugar».
José María Ruiz-Mateos estaba hoy también citado a declarar pero no ha acudido a los juzgados, por lo que la jueza le ha vuelto a citar el día 27 de julio bajo la amenaza de que, de no hacerlo, ordenará su detención.
La ampliación de la querella interpuesta por Miralles, representado por la abogada Isabel Fluxá, trata sobre el traspaso a Clesa, una empresa del grupo Rumasa, de un hotel situado en Torremolinos con el que se había avalado la compra del ubicado en Mallorca.
Para el querellante, esto se hizo para no tener que pagar la deuda con Miralles, por lo que le imputa los delitos de alzamiento de bienes y administración desleal.
Cada uno de los seis hermanos ha negado, al final de su declaración y a preguntas de su abogado, que los Ruiz-Mateos estén creando un grupo empresarial dedicado a la construcción.
Los Ruiz-Mateos están imputados en tres querellas diferentes que tramitan tres juzgados de Palma relativas a la compra de sendos hoteles en Mallorca por un sistema parecido, mediante un pago aplazado que en un momento dado, coincidiendo con el concurso de acreedores del grupo, dejaron de abonar aún después de haber constituido hipotecas sobre los establecimientos.
José María Ruiz-Mateos y sus seis hijos varones tienen prohibido salir de España por uno de los jueces de Palma que investiga una de las querellas y también deben pagar una fianza civil de 18,5 millones de euros para cubrir posibles responsabilidades derivadas de una eventual condena por estafa.