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Sant Antoni reconoce dificultades para evitar que las ‘bodegas' vendan alcohol las 24 horas

Los comerciantes alertan de la proliferación de estos establecimientos que «fomentan más el botellón y provoca suciedad en la calles»

Imagen de archivo de la zona de bares del West End de Sant Antoni. | Redacción Local

| Eivissa |

El concejal de Gobernación de Sant Antoni, Xicu Cardona, reconoció ayer que el Ayuntamiento tiene dificultades para evitar que las bodegas [tiendas de bebidas] vendan alcohol las 24 horas. Los comerciantes denuncian que este tipo de establecimiento ha proliferado en el pueblo este verano, lo que fomenta «más el botellón y provoca suciedad en las calles». «Es el monocultivo turístico que pide fiestas y alcohol, por eso se montan bodegas. Incluso una óptica conocida de la calle Madrid ahora es una bodega», lamentó el edil de Nova-A Juan Torres.

La proliferación de estas tiendas, que esta temporada son unas diez más que el verano pasado, según Nova-A, fue uno de los temas sobre los que se manifestó el concejal de Gobernación, tras presidir la segunda Mesa de Seguridad y Convivencia en la que participaron los grupos políticos de PP y Nova-A, así como nueve asociaciones de empresarios y vecinos del casco urbano. El objetivo: «hacer un análisis de cómo está yendo la temporada y de las problemáticas que puede haber en convivencia y seguridad», explicó Cardona al término del encuentro.

Todos tendrán que «ceder»

Según destacó, «el mensaje general es que queremos trabajar conjuntamente» para buscar un equilibrio «entre los turistas que nos visitan y el descanso y la convivencia con los ciudadanos» aunque con «el producto» que vende Sant Antoni «es difícil» conseguirlo. «El problema es que pueda coexistir el ocio nocturno, porque los turistas lo que buscan es juerga durante una semana o quince días para pasarlo lo mejor posible, y que eso pueda convivir con lo vecinos», insistió el edil.

Entre las fórmulas para lograrlo, Cardona señaló que «cada lado tendrá que ceder un poco». «Está claro que no se puede conseguir que los empresarios logren el máximo de su rendimiento y que los vecinos tengan un descanso al 100%, habrá que buscar un punto en el que estemos de acuerdo», señaló.

En cuanto al trabajo conjunto con los empresarios, indicó que pide su colaboración «insistentemente» para que controlen el ruido y eviten la publicidad dinámica o el todo incluido, entre otras cuestiones, y «hay algunos que colaboran y otros que no». «Ovejas negras hay para todo», agregó.

Preguntado por las denuncias de PSOE-Pacte [que no asistió por un error en la convocatoria] sobre la venta de alcohol en las bodegas entre las 00,00 y las 8,00 horas, horario en el que está prohibido, el edil reconoció que tiene «localizado» este problema. Sin embargo, matizó que el Consistorio puede actuar «en la medida de lo posible» ya que este tipo de actividad se rige por una normativa balear. «Nosotros inspeccionamos y denunciamos pero es el Govern el que tiene que tramitar expedientes», explicó Cardona, quien lamentó que «un expediente de estos perfectamente puede tardar dos o tres años en resolverse».

La otra cuestión que atañe a este tipo de establecimientos y que también escapa al control municipal es que las bodegas pueden estar abiertas las 24 horas. Al respecto, Cardona señaló que con el horario «no se puede hacer nada porque precisamente la tendencia es totalmente contraria, de trabajar cuantas más horas posibles». Cardona matizó que hay «entre diez y quince bodegas que abren toda la noche, pero que no todas venden alcohol» y negó que haya botellones «en cualquier lugar del pueblo». Sin embargo, reconoció «hay un punto localizado de botellón a gran escala», como ses Variades.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Comerciantes, Juan Ribas, dijo que la venta de alcohol «a partir de las doce provoca más el botellón y suciedad en las calles» y que es un tema de «voluntad» del vendedor. «Pero cada uno monta su negocio y le intenta sacar el máximo rendimiento», destacó.

Según Juan Torres, de Nova-A, la multiplicación de las bodegas «es una consecuencia directa del turismo que tenemos, y ya ha habido quejas de colectivos porque en algunas zonas concretas se hace botellón». «Hay ocho o diez aperturas nuevas, ¿por qué?, porque es lo que se vende en Sant Antoni, alcohol», concluyó Torres.

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