Les llaman «agentes cívicos», «ciudadanos ejemplares» o «serenos». Su trabajo consiste en vigilar las calles del casco urbano y llamar a la policía en caso de alguna incidencia, así como informar y ayudar a los turistas. Están contratados por lo hoteleros de Sant Antoni y son empleados de una compañía de seguridad privada. Comenzaron a trabajar hace 20 días en horario nocturno, de 00,00 a 7,00 horas, y, según Juanjo Planells, vicepresidente de la Asociación hotelera de Sant Antoni y Bahía, «la gente está muy contenta» con los resultados.
Por primera vez en la historia de la Villa de Portmany los empresarios han recurrido al sector privado para intentar mantener el orden público. En la actualidad están funcionando cuatro agentes cívicos contratados por los hoteles para dar «soporte y ayuda a los serenos y vigilantes de los establecimientos» pero en breve se sumarán nuevos agentes empleados por la Asociación de restaurantes del Passeig de ses Fonts y por la Asociación de empresarios del West End. Su trabajo será vigilar estas zonas. «Van a estar paseando y en cuanto vean que se produce algún inconveniente o altercado avisarán a la policía. En ningún momento pretendemos actuar ni nada parecido. Es una medida para ayudar a que la policía esté en el momento adecuado en el sitio adecuado», explicó Eduardo Puget, presidente de los empresarios del Passeig de ses Fonts.
La contratación de los agentes cívicos empleados por los hoteleros «es una inversión costosa» que pagan entre los 40 hoteles del pueblo y que, si bien «funciona en otros lugares de España», es la primera vez que se implanta «en Baleares en una zona turística».
Así lo explicó Planells, que detalló que la tarea de los agentes es «dar soporte a los vigilantes y serenos de nuestros propios hoteles, porque a veces se ven incapaces de controlar un ruido en una habitación o a un grupo que entra [al hotel] un momento dado». «Y lo que queremos es evitar cualquier injerencia para no molestar ni crear ningún tipo de problemas a los vecinos. Queremos que haya un poco más de tranquilidad en las calles del casco de Sant Antoni», destacó el hotelero, que quiso remarcar que estos «ciudadanos ejemplares» también ejercen labores de información, de custodia y de ayuda al turista». «Quizás estás perdido y no sabes donde está tu hotel y te acompañan al establecimiento. Es como el sereno de toda la vida, que llevaba un manojo de llaves y te abría tu casa cuando llegabas tarde o cuando habías tomado dos copas. Esa era la idea, desde el principio», agregó.
Planells reconoció que los agentes ejercen un efecto disuasorio porque llevan un uniforme «en azul fluorescente parecido al de la Policía Local y son más bien musculosos y de 1,80 metros». Sin embargo, remarcó que «bajo ningún concepto pueden hacer actuaciones en la vía pública».
«Queremos dejar bien claro que nosotros estamos contentos con la actuación de la Policía Local y la Guardia Civil», señaló el hotelero, pero lamentó que «por temas de presupuesto y porque no nos tocan más por el municipio que tenemos, por la cantidad de habitantes, no puede haber más policías locales».
En el mismo sentido se expresó el representante de los empresarios del Passeig de ses Fonts. «No pretendemos ir haciendo de policía por la calle, simplemente tener una persona que cuando vea un caso de botellón, de prostitución, o de ventas de algo raro, que llame por teléfono a la policía», concluyó Puget.