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Pimientos y tomates de la tierra

Un proyecto de agricultores de las Pitiüses trabaja para conservar los productos autóctonos

Los asiduos al Mercat Nou tuvieron ayer la oportunidad de degustar estas brochetas de meló de eriçò y la ensalada pagesa. | ANA ISABEL GARRIDO SANCHEZ

| Eivissa |

El meló de eriçó, la pebrera blanca, tomata de penjar de ferro, las variedades de la mongeta bombeta, vermella i pasta reial o la ceba vermella. Estas son algunas de las variedades de productos locales de Eivissa y Formentera que están ahora en su mejor momento y que, gracias a la Associació per a la Conservació i Foment de les Varietat Tradicionals de les Illes Pitiüses no se ha perdido pero su comercialización y conocimiento por parte del gran público se ha ido reduciendo y se limita al autoconsumo de los agricultores.

Por este motivo, para promover el consumo, ayer hicieron una degustación de las variedades tradicionales de hortalizas y frutas de verano en el Mercat Nou para no perder productos como la pebrera blanca, una variedad cultivada en las Pitiüses desde hace más de un siglo y que la semilla se ha ido heredando de padres a hijos pero si se deja de sembrar desaparece.

Semillas

«Nos estamos encontrando que se están perdiendo variedades», se lamenta Josep Lluís Joan, del departamento de Promoción Alimentaria del Consell, de la desaparición de productos autóctonos. «Si la gente lo conoce, lo valora», añade. Jordi Sierra, presidente de la Associació de variedades tradicionales y un joven agricultor profesional, de la finca Ca Na Berri, apunta que la asociación no se limita sólo a Eivissa sino también a Formentera, donde se cultivan incluso melones de la variedad de eriço.

De la asociación, que la componen cuatro agricultores de la isla y un viverista, partió el proyecto para la promoción de estas variedades tradicionales agrícolas, que está subvencionado por el Programa Leader d'Eivissa i Formentera y se desarrolla durante este año y el siguiente. Raquel González, técnico del grupo Leader, destaca que se trata de fomentar el consumo de estas variedades autóctonas que no son muy fáciles de encontrar. «Como no están diferenciados la gente no los identifica; ven el pimiento blanco y piensan que no está acabado de hacer y no lo compran. Son productos muy buenos, nuestros, diferentes y que no se explotan», señala.

Divulgación

Entre los objetivos del proyecto se encuentra divulgar el conocimiento de las variedades tradicionales tanto desde el punto de vista gastronómico como etnológico; poner en valor las variedades tradicionales de cara al consumidor y reforzar su carácter diferenciador tanto para los horticultores como para el comercio.

El concejal de Turismo y Comercio de Vila, Ignacio Rodrigo, que asistió ayer a la presentación de esta degustación, subrayó que «con este proyecto se trata de recuperar la variedad de los productos autóctonos; la gente se tira al tomate foráneo y no se da cuenta que aquí hay mucha calidad y muy buen precio»

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