Marc Costa comunicó ayer mismo su decisión de dimitir como secretario general de la agrupación socialista de Vila al presidente de la Comisión Gestora de la FSE-PSOE, Joan Boned, alegando «diferencias de criterio y falta de confianza de los miembros de la ejecutiva, razones por las cuales considera que es imposible seguir realizando sus tareas y por lo que ha decidido renunciar de manera irrevocable al cargo», informó en un comunicado la FSE-PSOE.
Costa renunció en una reunión de la ejecutiva que tuvo lugar el pasado lunes y los motivos, según pudo saber este periódico, fueron principalmente dos. El primero, apunta a que la mayoría de los miembros de la ejecutiva, pertenecientes a la corriente crítica, solicitaron la apertura de expedientes a los exconcejales de Vila que no pagaron sus cuotas al partido como cargos públicos de la anterior legislatura. La segunda razón tiene que ver con la oposición de la mayoría de los miembros a que Costa ocupe la secretaría de organización, que antes ostentaba Javier Pina, actualmente suspendido de militancia.
Según diversas fuentes, la mayoría de los miembros de la ejecutiva pidieron a Costa que se abrieran expedientes disciplinarios a Lurdes Costa, Rafael Ruiz, Ricardo Albín y a Vicente Torres, porque aún adeudan las cuotas mensuales de toda la legislatura pasada, que debían pagar al partido como cargos públicos y que suponían entre el 4% y el 7% de sus salarios como ediles y como alcaldesa.
Pero Costa se negó porque era una propuesta presentada «fuera del orden del día por un grupo organizado que intentó forzar un acuerdo por mayoría». Un grupo al que acusó de intentar iniciar «una caza de brujas» en un tema que «está cerrado, desde hace más de dos años cuando se adoptó el sistema y la forma de pago dentro del partido». Desde entonces, apuntó Costa, «todo el mundo está al día de su cuotas».
«Lo que no acepto es el inicio de una caza de brujas que podría remontarse a 1988. Presento mi dimisión porque nuestros discursos son totalmente diferentes y porque estoy en desacuerdo con abrir temas que estaban cerrados hace dos años. A mí aquí no me van a encontrar», insistió.
En cuanto al segundo motivo, su intento de asumir la secretaría de organización, Costa explicó que fue la ejecutiva la que acordó pedir un informe a la gestora sobre quién debía ocupar el lugar de Pina. «Y se emitió un informe de obligado cumplimiento, no objeto de discusión, cuyo mandato indica que provisionalmente las funciones de secretario de organización tienen que ser asumidas por el secretario general», destacó Marc Costa, que criticó que la misma ejecutiva que pidió el informe, ahora lo rechace.
En la reunión del lunes estuvieron, además de Costa, Carmen Boned, Enrique Sánchez, José Antonio Roselló, Manuel Rubio, Rosa María Rubio, Montserrat García y Luis Romero.