Varios miembros de la dirección del PSOE de Vila pertenecientes al sector crítico lamentaron ayer que se hayan tenido que enterar por la prensa de que el secretario general, Marc Costa, finalmente no vaya a dimitir. Pese a que Costa anunció que renunciaba porque no quería abrir un expediente a varios concejales oficialistas que al parecer no pagaron sus cuotas al partido como cargos públicos durante la pasada legislatura, finalmente reconsideró su decisión a petición de la gestora de la Federación Socialista d'Eivissa (FSE-PSOE).
Los críticos creen que lo más «lógico» es que alguien les hubiera avisado de que sigue siendo secretario general y anunciaron que en la próxima reunión de la ejecutiva volverán a pedir que se abra expediente a estos regidores con cuotas impagadas, que son Lurdes Costa, Rafel Ruiz, Vicent Torres y Ricardo Albín.
«Caza de brujas»
«No es una caza de brujas como dice Marc Costa, simplemente si alguien debe dinero se debería investigar», indicó un miembro de la ejecutiva que prefiere mantenerse en el anonimato y que señaló que ellos lo único que pidieron es que se solicitara información a la gestora para ver qué dinero se debe y que se abra expediente a estas personas si se confirma que es así.
Al parecer, Costa les dijo que esto le parecía una venganza por los expedientes abiertos a los críticos, pero este miembro de la ejecutiva asegura que no es así. «Simplemente hay gente que parece que debe dinero y estamos en crisis, es una vergüenza», indicó este dirigente socialista. Estos cargos debían abonar entre un 4% y un 7% de sus salarios al PSOE y en el caso de Lurdes Costa la deuda podría ascender a varios miles de euros, según aseguran los críticos. También dicen que hay una factura de hotel de 275 euros de la exalcaldesa que ahora se quiere pasar al partido, algo que no ven bien.