La incertidumbre sobre el total de plazas que el programa de vacaciones sociales del Imserso destinará a Eivissa puede llevar a que algunos hoteleros de la Isla que trabajan con estos paquetes turísticos decidan no abrir este invierno. «Por estas fechas ya se tendría que saber, de ahí viene el nerviosismo de Mallorca y la incertidumbre que tenemos. No se descarta que no se abra algún hotel, uno o un par, porque no nos dan ningún tipo de respuesta», explicó Roberto Hortensius, presidente de la Federación Empresarial Hotelera de Eivissa y Formentera (Fehif), quien afirmó que esperan tener noticias a partir de la semana que viene, cuando arranquen los últimos 15 días de este mes. Se da la circunstancia de que el presupuesto destinado para este programa de vacaciones de la tercera edad se recorta un 27% pasando de los 103 millones de euros a los 75 millones de euros.
En este sentido, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) hizo público la semana pasada que un total de 45 hoteles de Balears estaban estudiando si mantener abiertos o no los establecimientos que trabajan con este programa de vacaciones de la tercera edad.
Sin respuesta
Desde Mundosenior, el mayorista que gestiona este programa, explicaron ayer que, por el momento, no saben el total de plazas que se destinarán a Eivissa. A este respecto, desde el departamento de Comunicación del Ministerio de Sanidad, responsable del programa, especificaron que el programa «suele empezar a comercializarse a finales de septiembre» y que «como pronto» el número de plazas destinadas a la Isla quedaría claro a finales de este mes, aunque precisaron que no saben nada por el momento.
El año pasado un total de 12 hoteles trabajaron con este programa de vacaciones (seis en Sant Antoni y bahía y otros seis en la zona de Santa Eulària y es Canar). De este total sólo uno estuvo abierto seis meses mientras que los restantes lo hicieron alrededor de cuatro meses.
Según los cálculos de la Fehif, los 12 hoteles que abrieron el invierno pasado generaron un total de 700 puestos de trabajo directos y más de 1.000 indirectos, razón por la que de no existir este programa «estos trabajadores estarían cobrando algún tipo de subsidio con el consiguiente coste para el Estado, por lo que entendemos que el importe destinado a este programa de vacaciones no es un gasto sino una inversión que genera actividad en la Isla», precisó Hortensius.