El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, afirmó ayer que «por primera vez en tres siglos el pueblo catalán será llamado a las urnas para decidir libre y pacíficamente su futuro como nación», y se comprometió a convocar la consulta en la próxima legislatura.
Tras ser elegido cabeza de lista durante un consell nacional conjunto de CDC y UDC, Mas señaló que en los próximos comicios los catalanes podrán «pronunciarse sobre su futuro como nación» y agregó que «después nos debemos conjurar para que haya una consulta en los próximos cuatro años».
La consulta que propondrá Mas, según subrayó ante su militancia, debe hacerse «siempre dentro del marco legal, amparándonos en el que existe en el Estado y, si no, probaremos cambiarlo, y si no, crearemos uno nuevo o pediremos amparo a Europa o al mundo, y en definitiva haremos lo que haga falta para llevarlo a cabo».
Trascendencia
El líder de CiU entiende que hay «muchas maneras» de consultar a un país. «Viviremos momentos de una enorme trascendencia histórica -apostilló- y de una gran repercusión internacional».
En este sentido, reclamó que, «cuando tanta gente del mundo está pendiente del proceso abierto en Catalunya, «hay que ponerse los mejores vestidos, que son la pulcritud y radicalidad democrática, la convivencia, el pacifismo, el civismo y la educación».
«Lo único que pedimos -indicó Mas- es que una vieja nación de Europa, después de tres siglos de bajar la cabeza y de tener que pedir perdón por ser lo que somos».
Doctrina social
Por su parte, el obispo titular de Gabii y auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull, aseguró ayer en declaraciones a la emisora Catalunya Radio que la Iglesia catalana apoya que se consulte al pueblo sobre su futuro y «estaría a su lado» si opta por la independencia «siempre que el proceso fuera democrático».
Taltavull (Ciutadella, 1948), sacerdote desde 1972, ocupante de numerosos cargos eclesiásticos en Menorca y ordenado obispo en Barcelona en 2009, explicó que la Conferencia Episcopal Tarraconense, que agrupa a los obispos catalanes, «apoya la doctrina social de la Iglesia, que reconoce el derecho de los pueblos a la independencia».