El centro de salud de Sant Jordi acoge el primer programa de educación grupal ‘Control del estrés', dirigido a pacientes de este ambulatorio y también del centro de salud de Es Viver que han manifestado trastornos relacionados con la ansiedad y el estrés.
Se trata de un programa impartido por enfermeras de ambos centros, que se compone de seis sesiones por curso y que ha comenzado con un primer taller para un reducido grupo de siete pacientes. «El objetivo es ofrecer herramientas que les permita conocer e identificar las causas, los factores y las manifestaciones del estrés y que puedan desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes para su control», explicaron desde el IB-Salut.
Jean Philippe Baena, coordinador de Enfermería de ambos centros, aseguró ayer que si bien el estrés «puede ser positivo» al aportar un impulso de adrenalina para desarrollar una actividad, «cuando pasas el umbral y te impide concentrarte o tener manifestaciones cognitivas o emocionales, hay que tratarlo porque empieza a ser negativo». «Cuando tienes una situación estresante se te carga una parte del cuerpo. En el curso se enseña a relajar esa parte porque es lo que te va a provocar problemas de salud más adelante», destacó el coordinador.
Los pacientes
El perfil de los asistentes al curso «son pacientes que manifiestan estrés o ansiedad, que tienen incluso tratamiento por ansiedad». «Ahora mismo el perfil que tenemos son pacientes que tienen un miembro de la familia enfermo, que tienen estrés por los hijos o por las cargas del trabajo», agregó Baena. Los mismos fueron derivados desde las consultas con sus médicos de cabecera o se informaron a través de los servicios de enfermería de ambos centros. Éste es el primero de una serie de cursos que se van a realizar en el marco de un programa que ya tiene lista de espera para el segundo taller que se pondrá en marcha en breve.
En cuanto a las sesiones de trabajo, Baena detalló que las asistentes, ya que en el curso ahora son todas mujeres, aprenden herramientas para disminuir el estrés: «En primer lugar se hacen unas dinámicas de grupo y al final de cada sesión también se dan unos cuentos y después se reflexiona sobre el mensaje que tienen esos cuentos. También se enseñan unas técnicas de relajación y se hace un pequeño regalo, que es una relajación guiada», añadió el coordinador.
Los avances
Los asistentes aprenden técnicas que también les ayudan a controlar el estrés en el momento en el que lo están padeciendo. «Les enseñamos varias técnicas que pueden ser respiraciones abdominales, ejercicios de inhalar y exhalar por la nariz, y les enseñamos a hacer respiraciones toráxicas. También se les enseña que tomen consciencia del cuerpo, de dónde les duele y dónde les molesta que es también muy importante a la hora de disminuir el nivel del estrés», agregó.
En la experiencia de este primer curso, el coordinador explicó que ya van por la cuarta sesión y que los pacientes han progresado. «Por ejemplo había dos personas que llegaron bastante mal, y recién ahora están más relajadas y dicen que han llegado a entender lo que les ocurre. Y, aunque les es difícil encontrar una solución, de momento han modificado ciertas conductas para intentar encauzar lo que les ha provocado el estrés», concluyó.