El crecimiento de Jesús lo ha transformado en un pueblo «en el que hay de todo», como se encargan de resaltar muchos vecinos. Banco, farmacia, gimnasio, supermercados, floristería, ferretería,... Una variedad de servicios que les permite adquirir todo lo necesario para el día a día sin necesidad de trasladarse a Eivissa. La cercanía de Vila es otra de las ventajas de Jesús, destacan los residentes.
Pero vivir en este pueblo también tiene sus pegas y el tráfico que lo atraviesa es una de ellas. «Si tienes que salir a las horas punta se forman unas colas larguísimas», se queja Toñi, trabajadora en la ferretería. El «caos» del cruce situado frente a Can Pascual es otro de los puntos conflictivos de la localidad. «Deberían regularlo mientras no se haga la obra, que no creo que sea pronto», añade Toñi. Se refiere a la variante que circunvalará el pueblo y cuyas obras está previsto que comiencen este año. Recientemente se concluyó que esta vía pasará por delante del colegio a pesar de las 400 alegaciones que presentaron los vecinos y que pedían que atravesase unos terrenos rústicos más alejados.
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