Luis Sánchez Morilla, en silla de ruedas desde los 18 años (ahora tiene 34) debido a las consecuencias del síndrome neurodegenerativo Guillain-Barré, solicitó públicamente a través de este periódico y con una campaña que impulsa su amigo Daniel Rodríguez aportaciones económicas para poder pagar una silla de ruedas con motor eléctrico para así poder moverse mejor.
Finalmente consiguieron los fondos y ya tiene su silla nueva, la más barata del mercado, pero existe el inconveniente de que pesa mucho y en su edificio hay escaleras en el rellano. Debido a la delicada situación económica que vive Luis y sus padres (su madre sólo trabajó un mes en todo el año pasado y únicamente reciben los ingresos de los 546 euros de la pensión por enfermedad de Luis), la campaña de ayuda económica sigue para intentar recaudar los 5.000 euros que deben a la propietaria del piso de Santa Eulària donde viven de alquiler, que además sólo tiene 35 metros cuadrados.
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